Bienvenidos

Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

domingo, 15 de octubre de 2023

Advanced Pinball Simulator

 


    Hoy traigo el segundo "capítulo" de esa serie de la que hablé hace ya algunas entradas... ejem... mi idea era hacerlo más seguido, pero bueno, estoy teniendo problemillas para emular los juegos de los que realmente quiero hablar, pero es lo que hay, hoy tenemos otro, que ya es algo (equisde). Esa serie de la que hablo es, ni más ni menos, que una sobre Code Masters, una editora de juegos británica muy famosa en la época de los ocho bits y de las pocas compañías europeas que supo ir adecuándose al avance de la industria. Pero no me quiero alargar mucho con explicaciones ya que ya lo hice en el primer juego.

    El juego de hoy es uno de pinball... por si no lo habíais adivinado por el nombre. Ya sabéis, las maquinitas esas de bolas que eran tan populares en los bares antes de la llegada de las máquinas de videojuegos.

    En su día, yo gasté alguna que otra moneda en aquellas máquinas, mucho más ruidosas y escandalosas que los videojuegos, por cierto, ya que cada vez que la bola chocaba con algo sonaba alguna musiquilla o algún ruido específico, eso, a parte de la propia musiquilla que pudiera tener la máquina. Además eran también muy llamativas por la cantidad de lucecitas resplandecientes que tenían... como digo. En su día gasté algunas monedas, pero aunque me llamaban la atención aquellos mamotretos, nunca me engancharon tanto como los videojuegos, tanto es así, que la última vez que jugué a una máquina pinball fue en el año 95 en un bar de Algeciras... ¿que como recuerdo unos datos tan específicos de algo que, en el fondo, no es tan importante?... pues porque en el 95 hice el servicio militar, en Ceuta, y en uno de los permisos, cogí el barco de regreso a la península demasiado tarde, por lo que me quedé sin "conexión" para regresar a mi ciudad... vamos, que perdí el autobús, por lo que tuve que llamar a alguien para que me recogiera, y mientras esperaba, entré en un bar a tomar algo y vi una máquina de bolas. Joder, tenía hasta una pantalla de esas que se llevaban mucho en la época... no sé cómo explicarlo. Una pantalla luminosa con "pixeles" rojos como puños. No, si tenéis que haber visto alguna similar, se suelen utilizar como señalizadores, o para mostrar mensajes en algunos lugares...bah, da igual. La cuestión es que la máquina era de Mario bros. sí, el hermano del Mario verde, y estaba muy chula porque combinaba los pinball con los videojuegos, ya que al realizar ciertas acciones, la bola se detenía (quedaba enganchada en no recuerdo dónde), y pasabas a controlar al Mario en la pantalla esa de la que he hablado, ok, se movía sólo y tú sólo hacías que saltara pulsando uno de los botones, pero molaba mucho... ¿y que tiene todo éso que ver con el juego del que quiero hablar hoy?, pues entre poco y nada, pero como el juego en si no tiene mucha chicha, me apetecía contar una anécdota relacionada con el tema para largar un poco (de eso trata mi blog, en realidad, equisde), pero sí, creo que va siendo hora de que hablemos del juego en si.


¿Véis esta captura?... acostumbraos

    APS (me niego a escribir el nombre completo), es, ejem, un juego de pinball, no tiene más. Bueno sí, tiene algo más que contar, no seamos duros con el pobre juego. Lo cierto es que, a pesar de la simpleza gráfica, sólo tenéis que mirar las imágenes, el juego era bastante divertido. De hecho, ¡tenía hasta historia!... sí, un juego de pinball con argumento. Y era bastante bueno, aunque no muy original, ya que metía a magos poderosos y hechizos en un juego en el que, la historia, pues importa más bien poco, aunque sirve de excusa para las acciones que debemos realizar en el juego... como si fueran necesarias dichas excusas. 

    Este es otro de esos juegos que no sé cómo lo conseguí (XD), ya sabéis, le pides a un amigo que te grabe una cinta con juegos y te graba cosas que ni sabías que existían... una época muy rara la del Spectrum, pero la cosa es que, el juego, era bastante divertido... y ojo, cuidado, que estoy pensando que recuerdo tan poco cómo me hice con este juego, que estoy empezando a pensar que lo compré (XD). Lo que pasa es que yo compraba muchos juegos de Code Masters, solían hacer juegos de una calidad decente, recordemos la máquina de la que estamos hablando, y de géneros muy variados, por lo que si me compraba un juego de deportes, o de algo que no fuera "acción" propiamente dicho, lo más normal es que fuera de Code Masters (o distribuidos, como en este caso). Pero me estoy yendo por las ramas otra vez... hablo y hablo y no digo nada.

    Por si alguien no sabe lo que es un pinball. Los pinball eran unas máquinas (o videojuegos) en los que tenías que "mover" una bola sobre una mesa (o escenario, si hablamos de un videojuego), solo que no "mueves la bola", tú sólo puedes golpearla con los "flippers" e intentar dirigirla hacia donde quieres enviarla. Las mesas, obviamente, tenían cierta inclinación para que la bola regresara hacia los flippers y el jugador pudiera golpearla. Normalmente, entre ambos flippers, había un agujero, y si la bola caía en dicho agujero, perdías una vida (o una bola, que al final es lo mismo). Dependiendo de la mesa, y de ciertas circunstancias, la bola podía recuperarse, o incluso podía aparecer un mecanismo entre los flippers que nos dieran "protección" extra. También dependiendo de cada máquina, y de las circunstancias, podían haber pasillos laterales que también podrían hacernos perder la bola. Como juegos que son, se nos podían conceder bolas extra al llegar a determinados puntos, y realizar ciertas acciones (golpear zonas y aparatos de la mesa), podían hacernos ganar muchos más puntos y... las posibilidades eran infinitas, podías encontrar desde mesas muy simples a máquinas con enorme cantidad de artilugios, y todo con mucho "brilli brilli" y musiquita electrizante. Pues a alguien, en algún momento, vio que los videojuegos estaban comiéndole terreno a las máquinas de pinball y decidieron dar el paso... hacer videojuegos de "género" pinball... pues aquí tenemos uno de los ejemplos más antiguos. Seguro que hay videojuegos mucho más viejos, pero este es el primero que yo jugué, y por eso está aquí.


Podría ser la misma captura de arriba y nunca lo sabríais... o sí, no sé cómo de observadores sois cada uno de vosotros

    Ni siquiera voy a hablar de los gráficos, ya lo estáis viendo. Una mesa muy simple, aunque con dos parejas de flippers, a diferentes alturas, para golpear la bola, y con diferentes elementos familiares para los que jugaron a ese tipo de juegos en su día. De lo que si quiero hablar es de la música... ¿qué?, ¿que os sorprendéis de que hable de la música de un juego de Spectrum?... pues da la casualidad de que, a pesar de lo humilde que era el Spectrum en lo que a sonido se refiere, lo cierto es que hubo gente que supo sacarle un gran partido. Y este es uno de esos casos. De hecho, me pasa a menudo con el Spectrum, el tema musical que suena en el menú, era uno de esos temas musicales que tenía grabado en el cerebro pero que no conseguía recordar dónde lo había escuchado. Lo mismo me pasó con los temas de Cabal, Typhoon (a ver si consigo que funcione la versión de Spectrum para hablar de dicho juego), Xecutor y algún que otro juego más... pues eso, que la música mola mucho. ´

    Lamentándolo mucho, tampoco puedo hablar mucho de la jugabilidad, joder, estamos hablando de un juego de pinball, tenías un botón para lanzar la bola a la mesa de juego, y un botón para cada flipper, o mejor dicho, un botón para los flippers de la derecha, y otro para los de la izquierda (mirad capturas), a parte de eso no puedo decir mucho más, sólo que debías realizar ciertas acciones para conseguir ciertos objetivos... sí, sé que no es que sea muy específico, pero es que es así, podías ir destruyendo el castillo que se ve en la pantalla, podías conseguir una poción (ni me preguntéis para qué servía), y más cosas, el problema es que a mí eso me daba igual, lo único que me importaba era hacer puntos, muchos puntos, cuantos más mejor, lo demás me daba igual. Lo que sí podría decir es que el movimiento de la bola no era todo lo realista que podía ser, pero tampoco le vamos a pedir físicas reales a un ordenador de ocho bits de los años ochenta. Una cosa en la que acabó de pensar, es que hay que agradecer enormemente que el fondo sea negro, ya comenté sobre el Arkanoid II, que los fondos de dicho juego eran demasiado complejos en ocasiones, y que a veces dificultaban seguir el movimiento de la bola, eso aquí no pasa, siempre tenéis una visión perfecta de la bola, por lo que aunque su física no sea realista, al menos no perderéis una bola por no saber dónde está la susodicha.


Pongo esto para dar algo de variedad, no creáis...

    Comentar que el juego tenía modo de hasta tres jugadores, pero no os flipéis, cada jugador debía esperar su turno, cosa que también sucedía, por cierto, en máquinas de pinball con opción para varios jugadores.

    En el menú principal podías ver la historia, en perfecto inglés, por supuesto, o incluso las instrucciones del juego para entender lo que tenías que hacer, pero una cosa que me llamó la atención es que no podías redefinir controles (aunque parezca una tontería, es la razón por la que no he hablado de este juego mucho antes).

    Debo decir, porque puede ser que esta entrada tenga un tono bastante ambiguo, que el juego me encantó en su día, me lo pasaba pipa, era un juego sencillote, sin complicaciones, al que podía jugar horas y horas únicamente intentando superar mi propio récord, récord que tenía apuntado en un papelito y que iba actualizando de ser necesario. Recordemos que el Spectrum no podía guardar partidas... o sí... bueno, es complicado, pero digamos que sí tuve juegos que podían guardar partida. Obviamente, las sensaciones no tenían nada que ver con las que te daba una máquina real de bolas, ni siquiera la de otros videojuegos del género, pero era entretenido, podías echar toda una tarde tranquilote y sin frustraciones... no tenías "niveles" que pasar, ni enemigos que te mataran porque el control del personaje era una basura, de hecho, yo diría que es de los videojuegos de pinball más justos que he jugado, no tienes la sensación de que pierdes bolas porque al juego le ha dado la gana (o al menos no tanto como en otros juegos). Y realmente no tengo mucho más que decir, este es de esos juegos que ponía mientras merendaba tranquilamente, precisamente, porque me podía relajar jugando a él, cosa que, creo yo, es una de sus mayores virtudes. Evidentemente, si te mataban estando a punto de batir tu récord, sobre todo si es un récord ya importante, pues puedes darte un poco de rabia, pero no es la rabia impotente que te producían otros juegos. Lo cierto es que lo recuerdo con bastante cariño, y como digo, debía haber hablado antes de él, pero no podía jugarlo con el emulador anterior porque no tenía opción de reconfigurar teclas y... bueno, es complicado. Pues sin más me voy despidiendo, me gustaría recomendarlo, pero entiendo que hay decenas de videojuegos del mismo tema mucho mejores, y que en mi caso, el peso de la nostalgia puede hacer que lo vea mejor de lo que era, pero bueno, si os apetece, podéis probarlo, eso sí, no esperéis realismo ni un juego súper complejo. Pues lo dicho, hasta la próxima.

   

Sí, no tenía ganas de echar otra partida para hacer una captura de "game over", si al final es lo mismo...

lunes, 9 de octubre de 2023

Devil Dice


     

El de hoy es un caso un tanto curioso. De hecho, no sabia si ponerlo en la categoría de juegos que nunca pude jugar, porque, de hecho, lo jugué bastante, así que he decidido no incluirlo en dicha categoría, ¿y eso?, diréis algunos. Pues porque gracias a la revista PlayStation Magazine pude dedicarle horas y horas porque venía en uno de los cd con demos que regalaba la famosa revista. Y ok, era sólo una demo, pero por la naturaleza y características del juego en cuestión, en realidad, daba igual. Y hoy no voy a perder mucho tiempo con preludios ni hostias, hoy vamos a ir al grano, toca hablar de Devil Dice.

    Devil Dice es un divertidísimo juego de puzles en el que, como su nombre parece indicar, deberemos jugar con dados, pero no, no tendremos que lanzarlos ni nada por el estilo, muy al contrario, tendremos que hacerlos girar para agrupar dados que muestren la misma cara en su arte superior y, así, hacerlos desaparecer. En lugar de un cursor feo, como habrían hecho muchos otros juegos, para mover los dados deberemos manejar a un gracioso diablillo (de ahí el nombre del juego), que como si de un acróbata se tratara, podrá caminar sobre los dados haciéndolos girar a nuestra conveniencia. Como suele suceder en este tipo de  juegos, las mecánicas de Devil Dice son más complicadas de explicar que de entenderlas mientras juegas. Simplificando mucho, lo único que debes hacer es mover los dados para formar grupos del mismo color, para simplificar y ayudar al jugador (supongo) cada cara de los dados tiene un color diferente. 


Pues aquí, esperando que reaparezcan dados...

    La zona de juego, era una zona cuadrada que podía variar de tamaño según el modo de juego, siendo de 7x7 casillas, por ejemplo, en el modo "infinito", dicha área se nos muestra desde una perspectiva isométrica, lo cuál nos permite ver, en el mejor de los casos, tres caras de un mismo dado a la vez. Pero tampoco hace falta ser un genio para saber qué números hay en las otras caras, recordemos que, las puntuaciones de las caras opuestas SIEMPRE suman siete, así que si ves que un dado tiene un cuatro en la parte superior, en la de abajo tiene un tres. 

    Se pueden mover los dados de dos maneras, caminando sobre ellos, siempre que haya un espacio libre, de haber otro dado, obviamente, pasaremos a ese dado. También podemos empujarlos si estamos en el suelo... cosa que puede pasar si, al desaparecer un grupo de dados, no te da tiempo a subirte a otro... Bien pensado, sí que tiene mecánicas que, en apariencia, son más complejas que las de otros juegos... bueno, sigamos. Que en el juego se utilicen dados numerados, no es por nada, para hacer que desaparezca un grupo de dados, el número de dichos dados debe ser igual, o superior, al valor de la cara superior. Vamos, que si quieres hacer desaparecer dados que muestren el número seis, debes juntar, al menos, seis dados. Si tenéis al menos una neurona, pensaréis que lo más fácil es agrupar dados de números bajos... y en realidad no es tan buena idea como parece, ya que no sólo te dan menos puntos, sino que es más complicado hacer "cadenas"... oh, sí... "cadenas".

    Dentro de la simplicidad de la mecánica principal, el juego tiene sus complicaciones, como digo, nuestro diablillo puede caer en el suelo, lo cual no es lo mejor para nosotros, pero podemos volver a subir en un dado si nos quedamos justo encima de un dado que esté reapareciendo. Sí, los dados pueden reaparecer en algunos modos de juego. También podíamos subir a un dado que ya estuviera en el campo de juego si aprovechábamos las "escaleras" que se formaban con los dados que desaparecían. Al contrario de lo que pasa en la mayoría de juegos de puzles, aquí, las piezas no desaparecían automáticamente, sino que iban desapareciendo poquito a poco mientras descendían como hundiéndose en el terreno de juego. También se volvían transparentes y demás pero eso era meramente estético, lo importante era que mientras no desaparecieran del todo, dichos dados seguían teniendo "físicas", por lo que no podías atravesarlos, lo cual era malo si quedabas atrapado en un mal sitio, pero era bueno ya que te permitía subir sobre ellos, como digo más arriba, para regresar a dónde de verdad se parte el bacalao.


Para ser un juego de puzzles, lo cierto es que tenía efectos bastante chulos

    Otra mecánica que aprovechaba esa manera que tenían de desaparecer los dados eran las "cadenas", y que no era sino el añadir más dados a un grupo de dados que ya estén desapareciendo, lo cuál multiplicaba los puntos de manera brutal. Explicado de manera simple, debías colocar un dado adyacente a un grupo de dados que ya esté descendiendo, obviamente, con la misma cara (o número) de dichos dados. Si lo haces bien, puedes hacer multitud de cadenas, ya que mientras haya el suficiente número de dados descendiendo (que no hayan desaparecido del todo), puedes seguir añadiendo más dados, y si ves que ya le queda poco a una cadena, puedes unir un grupo más numeroso para continuarla y poder así alargar aún más la cadena. Por ello, lo mejor era hacer cadenas de números grandes, ya que seis dados tardan más en desaparecer que dos y... ¿qué?, ¿que cómo desaparecían los dados con el número uno en su parte superior?, pues de la manera más simple que os podáis imaginar. Haciendo una "cadena" con cualquier número de dados y colocando, obviamente, el uno en la parte superior del dado que quieras hacer desaparecer. Lo bueno de esto, es que así hacías desaparecer TODOS los dados que tuvieran un uno en su parte superior, lo cuál venía muy bien para hacer espacio rápido en momentos de apuro. Para completar una cadena, también podías empujar un dado desde el suelo, teniendo en cuenta, eso sí, que empujando los dados desde el suelo, estos no giraban, por lo que tenías que empujar uno que tuviera ya en su parte superior el número necesario.

    Básicamente eso era el juego, o más bien la demo que yo jugué, ya que sólo daba acceso, y por unos cuantos minutos, al modo más "simple", que consistía precisamente, en sobrevivir todo el tiempo posible haciendo puntos eliminando dados. Aunque ese modo estaba dividido en niveles, lo cierto es que no había apenas descanso entre uno y otro, la dificultad consistía en que, la reaparición de los dados era más rápida y en que tenías menos espacio libre para maniobrar, lo cuál era una locura en niveles avanzados.


El modo vs

    A parte de ese modo, también tenía otro llamado Puzle, en el cuál se te daban ciertas situaciones que tenías que resolver en un número determinado de movimientos. Este modo era de echarle más "coco", ya que aunque los primeros niveles eran muy simples, poco a poco la cosa se iba complicando.

    También tenía modo multijugador,  o más bien debería hablar en plural porque tenía dos modos multijugador. En uno de ellos debías conseguir cuatro combinaciones de diferentes números antes que el contrario. Este modo tenía la particularidad de que, si hacías una combinación que tuviera el contrario, se la quitabas a él, por lo que podía ser inteligente hacer ciertas combinaciones aunque no te puntuaran a ti. Luego estaba el modo batalla, que era una locura para cuatro jugadores (con bots o amigos), en dicho modo, debías ir restando puntos a tus enemigos (todos empezaban con cien), ganando, obviamente, el último superviviente (o eso es lo que he deducido en la única partida que jugué para probarlo XD). En este modo podías "robar" cadenas a tus contrarios si colocabas un dado del valor adecuado sobre un grupo de dados que estén desapareciendo, siendo este modo el ideal para perder amigos, lo cierto es que era muy divertido.


Este modo es muy divertido, pero es un caos absoluto XD

    Como juego de puzle que es, el apartado gráfico no destacaba especialmente, aunque sí cumplía perfectamente, además, el ser totalmente poligonal, el juego podía ofrecernos diferentes cámaras dependiendo de la situación, aunque no se utilizara mucho mientras jugábamos, sólo al inicio de los niveles y, abriendo el plano en los modos multijugador. Nuestro duendecillo, o demonio, se hacía bastante simpaticote, con expresiones divertidas y gritos de júbilo, por ejemplo,  cuando hacíamos grandes cadenas.

    Si hablamos de la música, yo diría que es agradable, frenética en algunos momentos, y que te pone en situación, sobre todo en el modo "infinito" como yo lo llamo, cuando ves cómo van apareciendo nuevos dados y no te da tiempo a hacer grupos grandes o te tapan espacios que pensabas utilizar.

    Resumiendo, un juego que aunque técnicamente estaría a la altura de un indie moderno (o incluso por debajo, ya que menudos indies hay a día de  hoy), la diversión que ofrecía (y ofrece) es mayor que la que ofrecen muchos "Triple A". Ya sea si quieres superar niveles como un loco, mejorar tu puntuación, o superar el modo puzle, este juego es para ti. Cierto que a veces el control puede ser un poco meh, a veces te bajas de un dado sin querer o no te da tiempo a subirte en uno porque te quedas enganchado en una esquina, pero no es ningún drama, nuestro diablillo es lo suficientemente ágil y rápido como para recuperar la altura sin demasiados problemas.

    Antes de despedir, recordar una pequeña anécdota que implica a los Zelda de Game Boy Color (WTF?). En dichos juegos, como buenos Zelda que eran, abundaban los puzles, pues bueno, en esos dos en particular (no se si sucederá en otros Zelda), había puzles con dados que utilizaban una mecánica similar a la de este juego, solo que en este caso no habían números, solo colores, y normalmente debías colocar el dado, con el color adecuado, en un lugar específico de la pantalla. Al contrario que en Devil Dice, en los Zelda te bastaba con empujarlos para hacerlos girar. Y lo cierto es que, cada vez que juego DD me acuerdo de los Zelda por ese motivo.

    La entrada de hoy es cortita, el juego no requiere más explicaciones de las ya dadas, sólo me queda aconsejar que lo probéis y os dejéis enganchar por él. Hasta la próxima.