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Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Bad boys Vs Dragon Ninja




Bad dudes Vs Dragon Ninja, o sencillamente Dragon Ninja, uno de los juegos cuyo nombre está escrito a fuego en mi corazón, aunque solo figuradamente claro.
 Dragon Ninja me pilló en una época que muchos hemos pasado en nuestra infancia, esa época en la que nos sentíamos fascinados por los ninja, y de eso trata este videojuego tal y como su nombre hace suponer.
 En realidad era un juego supersencillo, el típico de avanzar de un lado a otro de la pantalla aniquilando a todos los enemigos que se te pusieran por delante. Pero no fueron los ninjas del juego lo que me enganchó, y eso que aparecía por miles, ya que todos los enemigos que aparecían en el juego eran ninjas. Los había azules, que eran los normales, rojos que eran los que portaban los escasos items del juego, grises que solían tirar cosas, estrellas, bombas de humo y tal, también habían ninjas con espadas y ninjas que se metían fuego y recorrían la pantalla como kamikazes, eso era lo que más me sorprendía de todo, pero además salían perros y mujeres ninja, a las mujeres las dejé para el final por una simple razón... no hacían nada, se limitaban a caminar por el escenario hasta que las matabas o desaparecía por un lado de la pantalla... ¿para que demonios salían?, lo único que se me ocurre es que solo eran un método de distracción, supongo que esperaban que las calenturientas hormonas de los adolescentes vieran en esos amasijos de pixels a unas ninjas superatractivas y que eso les distrajese del resto de enemigos lo que les haría más fáciles de matar... jodidos directivos.



En todo juego de la época que se precie debía aparecer un gordo que escupiese fuego y sí, escupía fuego.


 El juego en si era tan sencillo que de hecho cabía en una cinta para spectrum, una conversión bastante digna la de aquel pequeño ordenador de ocho bits, y tan simple que no vale la pena ni describir como se jugaba. El juego constaba de siete niveles, y al final de todos ellos, como ya era costumbre en aquella época, nos esperaba un boss que debíamos matar para poder pasar al siguiente nivel, vamos, supercomplicado el sistema de juego.
 Los niveles en si solían tener dos alturas, o sea que no era siempre para adelante como en Vigilante, sino que siempre había alguna plataforma superior por la que podíamos caminar y que aportaba algo de variedad e incluso algo de estrategia, ya que podíamos esquivar enemigos o ataques cambiando de lugar.



En este nivel no podías bajar, ya que podías morir.


Otro boss típico, siempre debe haber uno con garras o cuchillas en las manos... ¿Streets of Rage?, noooo.


 También habían un par de niveles, los más espectaculares quizás, en los que caminábamos por encima de un camión o un tren en movimiento, teniendo que saltar de un vagón a otro mientras éramos atacados por decenas de enemigos... tampoco fue nada de eso lo que me enganchó, tampoco esa asquerosa dificultad que hacía que los bosses te quitaran vida con solo tocarte y tú debieras calcular tus ataques contra ellos a la perfección para darles y que ellos no te dieran a ti, tampoco fue el tener que matar de nuevo a todos los bosses casi seguidos en el último nivel, cosa que por entonces estaba bastante de moda. Lo que realmente me enganchó fue el hecho de que el juego era ¡para dos jugadores!.
 Recuerdo aquellas tardes de verano que corría hasta la casa de mi primo, con algunas monedas en el bolsillo e íbamos a un recreativo de mi pueblo llamado «El buche» o algo así, en realidad jamás supe el nombre real de aquel sitio. Era un lugar sórdido, en el que el humo de tabaco se mezclaba con el olor del chicle de fresa ácida, y cuyo suelo siempre estaba cubierto de aserrín, sus paredes estaban desconchadas y las pobres bombillas del techo iluminaban el ambiente con una luz amarillenta enfermiza. El local tenía una puerta pequeña y estrecha, y se dividía en dos salas, la que daba a la entrada era estrecha y pequeña, pero era donde estaban mis máquinas favoritas, en la sala interior había sobretodo pinballs y máquinas más grandes, en realidad pocas veces pasaba a esa sala, como digo mis juegos favoritos estaban en la otra sala.Y en ese recreativo pasaba yo bastantes horas de mi infanciadolescencia, incluso en alguna que otra semana santa xd, curiosamente había una procesión que pasaba por esa calle, y el dueño del local, supongo que por respeto, cerraba las puertas hasta que esta terminara su recorrido por dicha calle...



Hablar de semana santa me ha recordado "El puñetazo de fuego", era un golpe especial que se lograba manteniendo pulsado unos segundos el botón de pegar, aquí lo uso contra el boss del nivel tres.


 Pero no nos enrollemos, el juego no era ninguna maravilla, ni técnica ni gráficamente, pero cuando te ponías a los mandos con un amigo a tu lado lo demás te daba igual, lo importante era avanzar golpeando los botones y gritando a lo loco cada vez que derrotabas a un boss  dificil.



Este boss no era dificil, pero sí pesado, ya que parecía tener cierta obsesión por salirse de la pantalla de juego y debías esperar a que regresara... todo un primor.


 El argumento en este tipo de juegos era lo de menos, pero al parecer resultaba que un clan de ninjas habían secuestrado, a saber con que intenciones, ni más ni menos que al presidente de los estados unidos, y nosotros, ya sea jugando solos o con un amigo debíamos de derrotar a todo el clan que una de dos, o eran cientos o eran los mismos que salían una y otra vez ya que todos los ninjas poseian los mismos sprites dependiendo de que tipo de ninja fuese.



"Er caenita"... soy de Andalucía, Cádiz ni mas ni menos, y así era como llamábamos a este boss. En este nivel salía el doble "zombi" del gordo escupe fuego, y tampoco podías bajarte del tren ya que morías.



 He comentado que el juego cabía en una cinta de spectrum, y lo sé porque yo lo tenía xd, el spectrum fue mi primer sistema de entretenimiento con el que podía jugar juegos, y aunque en realidad era bastante pobre en todos los sentidos sí que aparecía de vez en cuando algún juego que valía la pena, Dragon Ninja fue una de esas conversiones que lejos de decepcionar se pudo considerar como más que digna... siempre que cada uno conozca las limitaciones de la máquina.


No se ve bien, pero lleva un palo/bastón como arma... otro clásico, y este además era de los más difíciles.



 El juego no era demasiado largo, hay que decir que era una máquina recreativa, y que como tal era un negocio, los juegos no podían ser ni demasiado largos ni demasiado fáciles, ya que lo que importaba era que el inocente jugador se dejara todas las monedas posibles intentando pasarse el juego pero intentado que no tuviese que pasarse todo el día para lograrlo una vez conseguida la destreza suficiente como para no tener que utilizar "continues".
 Un "truco" bastante utilizado era el de poner una dificultad general bastante aceptable, digamos para que el jugador medio debiera gastar tres o cuatro "continues" para llegar al final, y poner un boss final de esos que te miran dos veces y te matan... afortunadamente no es este el caso.
 Tras acabar con cientos de ninjas, literalmente, varios bosses difíciles de matar, no mucho en realidad, debíamos tener un, ciertamente decepcionante combate contra el famoso Dragon Ninja, que es el tipejo ese del helicoptero y que no se baja de ahí ni a tiros, no tiene ataques de destrucción masiva ni nada que justifique su nombre, recordemos, Dragon Ninja. Lo único especial es que si estás en el suelo te lanza tres...¿llamitas?, ¿chispitas?, bueno tres bolas que se supone que son fuego y que debes esquivar.Se puede dar el caso de que caigas del helicóptero y en ese caso... no pasará nada, ya que se supone que estás en una azotea y que el helicóptero solo partirá en caso de que seas derrotado, de todas formas en la azotea hay "perros ninja" dispuestos a morderte los tobillos, lo único "especial" que tiene este boss es que quita bastante de un golpe.

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Este es el boss final, bueno...es lo que hay.


 Volviendo a la versión de spectrum, esta era monocromática, o sea en blanco y negro, solo tenía música en el menú de opciones, y los niveles estaban bastante simplificados, pero eso no le restaba diversión al juego, de hecho la musiquilla del menú era incluso mejor que toda la música del arcade original, pero lo peor de la conversión era que no había opción para dos jugadores, pero bueno, era lo que había, y para los que no les gustase el spectrum, Dragon Ninja fue versionado para todos los ordenadores de la época, todo un logro ya de por si.
 Y nada más, un juego divertido sin demasiadas complicaciones y que gana un 200% de diversión si juegas con un amigo, no se si recomendarlo para los jugadores de hoy en día... ellos de lo pierden.




El final del juego estaba bastante bién resuelto, para lo normal en la época.El ninja era derrotado, el helicoptero descendía y salía el presidente que luego en otra pantalla, y con un lenguaje que no creo yo que sea propio de todo un presidente de los Estados Unidos, invita a sus rescatadores a una hamburguesa.
  Bueno esto es lo que hay, otro día mas.

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