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Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

jueves, 14 de marzo de 2013

Twin Cobra





    Ya lo comenté en otra ocasión uno de los géneros que hicieron de mi el "gamer" (como odio esa palabra) que soy hoy en día es el de las "navecitas". Me da igual que sean aviones de la segunda guerra mundial, naves ultrafuturistas o una avispa lanzando frutas... un juego de naves es un juego de naves.
 TC no es el juego mas antiguo que he jugado, ni siquiera el primero de su género, pero sí uno de los que más influyo en mis gustos y en qué debía esperar de un juego de este estilo para considerarlo divertido.
    No creo que sea necesario explicar de qué iba el juego ni como se jugaba... como ya he dicho, un juego de naves es un juego de naves. Del argumento tampoco veo necesario hablar, ya que fuese el que fuese no era mas que una mera excusa para ponernos a los mandos de nuestro pixelado helicóptero.
    Me gustan los aviones, no es que me conozca cada modelo nuevo de caza que aparece en el mercado pero si que me quedo un poco alelado ante un impresionante F-22, o ante las angulosas y futuristas (en su día)  formas del F-117, ¿y a qué viene eso?, preguntareis algunos, y yo digo que viene a que en este juego tenías que controlar no un avión  sino un helicóptero  Puede parecer una tontería pero era un detalle que me echaba un poco para atrás al principio aunque, al final, tuve que admitir que era un detalle insignificante que ni afectaba para nada a la calidad del juego.




Típico helicóptero gordo.



    TC, al igual que la mayoría de los juegos de su género era fácil de jugar pero difícil de dominar, mover el controlador mientras pulsas el botón de disparo no tiene ninguna complicación  lo malo es cuando en la pantalla aparecen decenas de malos dispuestos a devolverte el fuego, y no solo eso, un choque contra cualquier enemigo y pierdes una vida. Esto último parece una obviedad pero hay algunos juegos mas modernos en los que eso no sucede.
    Los gráficos del juego huelen a rancio, este es de esos juegos que al verlos hacen que notes las arrugas de la frente, no son malos gráficos sino antiguos, de los que hacen recordar que ya peino canas, pero por la misma razón encantadores a su pesar, y al fin y al cabo no se le podía pedir mas a una recreativa de la época  al menos los enemigos eran reconocibles, en cuanto veías un puñado de pixeles en movimiento ya sabias si era un tanque o un helicóptero enemigo y eso, para mí ya era suficiente.



Aquí podíamos ver la lista de los que más dinero se gastaban en el juego...  en cierta manera es cierto.




    Al igual que la mayoría de los juegos del género nos daba la opción de jugar con un amigo, lo que lo hacía mas divertido aún, para evitar confusiones cada helicóptero tenía un color distinto claro.
    Una de las cosas que más me llamó la atención del juego fue el sistema de armas. No es que fuera algo especialmente novedoso o revolucionario, pero teniendo en cuenta la época en la que salió el juego hay que admitir que, al menos, era un sistema muy divertido y ágil. Al igual que sucedería más tarde en Aero Fighters, juego del que ya he hablado aquí, al destruir ciertos helicópteros estos dejaban escapar ciertos ítems que recorrían la pantalla casi como si quisieran escapar de nosotros. Estos ítems eran de tres tipos, la inevitable bomba, esa que solo utilizaríamos como último recurso y que como resulta obvio es quizá el ítem menos importante. El segundo ítem era uno en forma de letra "S" y de color azul que servía para aumentar la potencia de nuestra arma principal, y ahí radicaba lo mejor de todo esto ya que el tercer ítem era una figura geométrica que cambiaba de color cada pocos segundos, según el color que tuviese al recogerlo se nos otorgaría una de las diferentes armas del juego, armas muy diferentes entre si por lo que no solo afectaban a la potencia de fuego sino incluso a nuestra forma de jugar, no era lo mismo el rayo láser que el "cañón expansivo", con el primero debías tener un pilotaje cuidadoso para acertar a los enemigos y con el segundo podías moverte con mayor libertad.



Nuestro lugar de partida, parece algún tipo de plataforma petrolífera. Eso explicaría muchas cosas.




    A pesar de su antigüedad y de lo que sus gráficos pudieran sugerir TC poseía una calidad incuestionable, pudiendo poner gran cantidad de enemigos y proyectiles en pantalla sin merma en la velocidad del juego, quizá no abarrotase la pantalla de enemigos pero tampoco lo necesitaba para poseer una dificultad digna de aquella época, los enemigos no disparaban a ciegas y era bastante habitual perder pronto un par de vidas si eras un novato en el juego.
    Como ya he dicho antes, TC no poseía unos gráficos deslumbrantes pero sí una música potente e inspiradora, sobre todo la melodía que sonaba tras perder la última vida, compuesta para hacernos perder hasta nuestra última moneda.



Hay ocasiones en las que no se me ocurre nada divertido para poner bajo las capturas :'(




    Una de las principales características de este tipo de juegos era su adicción, el querer seguir avanzando, ese impulso que nos hacia rascarnos los bolsillos buscando una moneda para vengar nuestra muerte, para seguir avanzando y ver nuevos niveles, luchar con los Jefes más avanzados y descubrir si el juego tenía un final... sé de lo que hablo, y este juego era adictivo, no solo por lo que ya he contado sino por el añadido del modo dos jugadores. No me canso de repetirlo pero es que hoy en día el modo dos jugadores no es ya habitual sino incluso obsoleto, un viciado del WoW, acostumbrado a toparse con cientos de personas, y eso solo cuando va a reparar su armadura, puede pensar que un juego en que solo pueden jugar dos personas es aburrido, pero no es así, y menos aún en aquella época , en la que solo importaba llegar lo más lejos posible y a ser posible con mejor puntuación que tu amigo.
    Este juego lo jugué, lo jugué bastante, y cuando descubrí el fantástico MAME y vi que entre su extenso catálogo estaba este juego estuve al borde del orgasmo virtual, era lo más cercano a volver a mi infancia. Ya se sabe que no es lo mismo jugarlo en un ordenador en lugar de en la máquina recreativa y menos si utilizas un teclado en vez del anticuado, y añorado, joystick pero aun así no me quedaría tranquilo si no os recomendara probarlo, al menos para poder saborear su añeja calidad.

    Hasta la próxima.






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