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Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

miércoles, 12 de julio de 2023

Comix Zone




 Hoy toca volver otra vez a visitar el catálogo (gran catálogo) de la vieja Mega Drive que tantas alegrías nos dio a los aficionados de aquella época. Y el juego de hoy es muy, pero que muy especial, de esos que deseé tener con todas mis fuerzas pero que sólo pude jugar gracias al alquiler, y que, por ese motivo, nunca llegué a completar. Pero bueno, eso no impide que estemos hablando de un juego que rompió los esquemas de mucha gente, y un juego que bien se merecía haber sido el primero de una saga súper exitosa y súper conocida, pero mucho me temo que, en realidad, muchos de los que leáis esto ni siquiera conoceréis su existencia, y es una pena. No es una "joya oculta", porque es un juego conocido, pero no tanto como se merece. y como ya habréis intuido por el título, hablo ni más ni menos, que de Comix Zone, un beat-em-up de toma pan y moja, no me alargo más, al lío.
 Comix Zone fue desarrollado por SEGA Technical Institute y distribuido por la propia SEGA. El juego, aunque se puede considerar un beat-em-up, en realidad va más allá, ya que tiene toques de "videoaventura", como se decía en la época, y su desarrollo era muy, pero que muy original. A diferencia de otros juegos del género, en Comix Zone no teníamos niveles lineales, sino que, como si de un cómic se tratase (de ahí el nombre), los niveles representaban las diferentes páginas de una historia, debiendo realizar diferentes acciones en cada viñeta para poder seguir avanzando. Dichas acciones podían consistir en derrotar a uno o a varios enemigos, o en resolver diversos puzles, muchos de los cuales podían realizarse de diferentes maneras. Por ejemplo, hay puertas que se pueden romper a golpes, pero también puedes utilizar una bomba. Las situaciones que se nos dan, como el cómic de aventuras que se supone que es, serán muy variadas como digo, al igual que las zonas a visitar que, además, son coherentes con la posición de las viñetas.


Bichitos rarunos... acostumbraos


 Si tenemos que bajar a una alcantarilla, bajaremos a la viñeta que está debajo de la viñeta en la que estamos, y lo mismo con el resto de direcciones, digamos que no hay "transiciones" tramposas, lo que hace que la acción sea muy dinámica y orgánica. En la aventura contaremos con las habilidades de pelea de nuestro personaje, un dibujante de cómic que... bueno, dejo la historia para luego, sigamos con la descripción general, a parte de la habilidad de lucha del prota, como digo, contaremos con la ayuda de diversos objetos, podemos llevar un máximo de tres a la vez, y que irán desde bombas hasta objetos curativos o armas... e incluso cierto amiguito ratonil (eso lo cuento luego). El caso de los objetos y el uso del mando era... peculiar, digamos que lo ideal era tener un mando de seis botones, ya que con los botones "extra" podías utilizar directamente el objeto deseado sin tener que seleccionarlo, realmente me pareció un gran detalle por parte de los desarrolladores que tuvieran eso en cuenta y dieran esa posibilidad para los que teníamos mandos de seis botones.


No seais tímidos, agarradlo todo


 Los niveles, como digo, representaban las páginas de un cómic, pero cuando dije que el juego no era lineal, me refería a que, además, en ocasiones podíamos escoger caminos diferentes para llegar luego a un mismo sitio, lo que aumentaba la rejugabilidad, como suele pasar en juegos así, y aumentaba las posibilidades del juego. Nuestro prota, a parte de las artes marciales y los objetos, tenía a su disposición un gran surtido de movimientos, podía saltar, agacharse (sí, son obviedades, pero quería decirlas) y además podía interactuar con el entorno, ya fuera para destruir objetos o para utilizar el escenario a su favor. Podíamos utilizar tuberías pegadas al techo para movernos "mano a mano" y golpear a los enemigos desde arriba, podíamos utilizar bidones ardiendo para dañar a los enemigos... yo qué sé, las posibilidades eran inmensas. Quizás, y paradójicamente, lo que menos me gustaba del juego era el factor beat-em-up, ya que era un poco... meh... quizás es que jugué demasiado poco (que ya os digo que jugué muchísimo menos de lo que me hubiera gustado) y no llegué a pillarle el callo, y me explico. Al contrario que... no sé... Streets of Rage o Dragon Ninja, no sabía encontrar el "punto débil" del enemigo, o mejor dicho, tenía la sensación de que, golpearles, no les frenaba, o quizás yo no sabía encontrar esa ventana de animación en la que podías atacar sin miedo de que te dieran, siempre atacaba a lo loco (y ya sabemos que eso, en estos juegos, es la muerte). Como digo, quiero achacarlo a mi impaciencia, a querer terminarme el juego en una tarde (la tarde en la que lo alquilé) y al no tener paciencia para aprender a jugarlo. Seguramente habrá gente que se lo termine incluso sin recibir daño, pero yo jamás llegué a aprender a jugar bien a Comix Zone, ni siquiera a día de hoy, que puedo emularlo y echarle horas y horas, hay tanto a lo que jugar que no hay tiempo para todo XD, pero bueno, es lo que hay. A pesar de ello, ya que es un tema personal mío, el juego es muy, muy disfrutable, incluso a día de hoy, ya que tiene mecánicas que hacen que casi parezca un juego indie.
 Hablemos un poquillo del apartado técnico... ¿qué puedo decir?, las imágenes hablan por si solas, y aún así, ¡os perdéis lo mejor! Comix Zone, por su propia naturaleza, no hace alarde de doscientos scrolls parallax ni hostias, pero saca músculo gráfico en otras cosas. Los gráficos son simplemente hermosos, con un colorido y estilo que imita, a la perfección, lo que veríamos en un cómic, los gráficos de los enemigos, el escenario y el prota, son muy coloridos, pero con una paleta de colores nada chillona, lo que le da un toque "adulto". Algunos de los monstruos que aparecen, pueden recordarnos a los que vimos, por ejemplo en Alien Storm, monstruos muy extraños y de diseños bastante chulos y que bien podrían salir en una película de terror o de ciencia ficción.


¡Zas en toda la boca!, literalmente


 El sonido es también muy bueno, y la música, sin ser lo mejor del juego, ayuda en la ambientación. El diseño del personaje es muy bueno, con un look muy noventero y con bastante carisma, además, nuestro prota podía efectuar "ciertas" acciones secretas, no esperéis nada espectacular, si sabíamos ejecutarlas... En realidad eran simples secretos, nada que mejorase la experiencia de juego realmente pero que resultaban bastante curiosas.
 Siguiendo con el apartado técnico, me gustaría resaltar los efectos especiales del juego. Recordemos que estamos "dentro" de un cómic, de ahí que, cuando golpeamos a algún enemigo, sale dibujada una onomatopeya digna de la vieja serie de Batman, además, al derrotarlos, o al romper una pared, podíamos ver trozos de papel revoloteando en la pantalla, que por la suave forma en la que se mueven, yo diría que estaban hechos con polígonos, recordemos que, la Mega Drive, tenía cierta capacidad (pequeña) de mover polígonos, y si no es el caso, son sprites pequeños muy bien animados. Decir que, al atravesar viñetas, en ocasiones se romperán las "paredes" que separan una viñeta de otra, y veremos como dicha "pared" se enrolla sobre si misma como el papel que se supone que es. Y otro detalle más en ese sentido, es que, en ocasiones, veremos una mano enorme (la del villano) que dibujará enemigos para intentar acabar con nosotros, un detalle que es BRUTAL.


La rotura de la cuarta pared es continua, aunque no lo parezca, el prota va a saltar a la otra viñeta, ¡agarrándose a la línea de separación!


 La historia, aunque no es que sea súper original, molaba. De alguna manera, Mortus, el líder de un malvado grupo de mutantes, villano del cómic que dibuja nuestro protagonista, ha "dado la vuelta a la tortilla", ya que ha salido del cómic y ha introducido en el mismo a nuestro protagonista, siendo Mortus ahora el que dibuja el cómic, y mantiene atrapado al prota dentro del mismo, pudiendo tenderle todo tipo de trampas, ya que la única manera de hacer permanente la situación, es consiguiendo que el prota muera dentro del cómic. Nuestro personaje, de nombre Sketch Turner, contará con la ayuda de la guapa Alyssa Cyan, perteneciente a la resistencia (dentro del cómic) y que, por radio, nos irá dando consejos y pistas a lo largo de la aventura. también tendremos de nuestra parte a la rata Roadkill, a la que deberemos rescatar para que luego nos sirva de ayuda en determinadas situaciones. Todo esto, hace que tengamos siempre la sensación de estar viviendo una aventura y no simplemente jugando un videojuego. Sé que, a día de hoy, es más que normal que los videojuegos tengan NPC que nos acompañen, literalmente, o como este caso, por radio, y encima, ahora hablan, por lo que ya no es sorprendente, pero en aquella época no era lo habitual. Lo normal era jugar sólo y, con suerte, encontrar algún NPC al final del nivel, o en algún punto específico, que nos dijera algo o nos diera algún tipo de ayuda. Pero que, en "tiempo real", un personaje nos dijera que cierto objeto podía utilizarse de cierta manera, ¡en un juego de lucha!, era una locura. Y no quiero sonar exagerado, tan solo quiero poner las cosas en su contexto. Y vale, este juego salió en el 95, la PlayStation (y sus "compañeras" de generación) ya habían salido, pero los jugadores que aún seguíamos en las 16 bits no habíamos visto cosas así muy a menudo.


Más detalles chulos


 El juego en si no era muy largo, cada nivel poseía dos "páginas", y un total de tres niveles, cada uno de los cuales con su pertinente enemigo final, siendo dichos niveles relativamente duros... lo cual no era mucho y le valió ciertas críticas negativas. Y hablando de críticas... lo cierto es que Comix Zone tuvo una acogida un tanto dispar. Como digo, se le criticó su duración, y su dureza, además de el haber salido muy tarde, estando ya la Mega Drive en sus últimos años, aunque no entiendo que tiene eso de criticable. Mientras que, por otro lado, se alabó su apartado jugable y su apartado técnico, del que yo mismo no puedo más que hablar maravillas-
 Comix Zone, acabó siendo un clásico de SEGA, un tanto fallido, pero un clásico a pesar de todo, y tanto es así que acabó apareciendo en múltiples recopilatorios de SEGA para diversas consolas, sobre todo PS2 y PS3. También tuvo un port para Game Boy Advance, que fue criticado porque el tamaño de la pantalla no era el apropiado y se perdía la esencia del original. Sea como sea, acabó siendo jugable (de manera legal) en muchas plataformas, lo que hizo que muchos jugadores pudieran disfrutar de su frescura y su dificultad (si es que esto último es disfrutable).
 Lo que más pena me da de este juego es que, como dije antes, podía haber sido el inicio de una gran franquicia, pero entre que no supuso el éxito que SEGA esperaba, y que la propia SEGA acabó destruyendo su prestigio como fabricante de consolas hasta el punto de dejar de hacerlas, la IP quedó en el olvido. Lo que podría haber supuesto un Comix Zone 2 (o 3) en, no sé... PS2, PS3 (o consolas de sus mismas generaciones), aprovechando el potencial 2d de aquellas consolas en lo que a cuadros de animación y resolución se refiere, pero bueno... De todas formas, yo creo que lo que más le perjudicó fue su escasa duración, por muy complicado que sea un juego, si es corto, una vez que lo tienes ya dominado, dicha duración seguirá pesando, y más en aquella época. Streets of Rage podía ser más fácil, pero además, duraba más. Por muy torpe que seas, una partida de Streets of Rage será (bastante) más larga que una de Comix Zone, y eso, a la hora de escoger a qué juego jugar, pesa muy mucho.
 Y como no quiero terminar con un mal sabor de boca, repetiré que me parece un juego que vale mucho la pena, desde el propio concepto hasta la manera en la que ese concepto se ha llevado a cabo, joder, el personaje incluso se agarra a los bordes de las viñetas cuando pasa de una a otra, los puzles, sin ser súper complejos, suelen poder realizarse de varias maneras, los gráficos son muy buenos, la música genial... no sé... probadlo, a día de hoy, cosas así, solo las vemos en el panorama indie. Pues con eso y un bizcocho... me depilo las rodillas a las ocho.


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