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Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

jueves, 20 de febrero de 2014

Final Fantasy V






    Un grande, hoy toca un grande. 

    Todos conocemos la saga Final Fantasy, ya he hablado de ella "un par de veces". Es una de las sagas de rpgs japonesas más conocidas y más vendidas de todos los tiempos, y aunque últimamente anda de capa caída y olvidando sus orígenes, no hay que olvidar todo lo que queda detrás, un legado de diversión y aventura como jamás se hubiera visto anteriormente.

    FFV fue el segundo juego de la saga en aparecer en la consola de 16 bits de Nintendo y que no salió oficialmente de Japón hasta que hicieron un remake para PlayStation, una de las razones por las que en su día, FFVI se llamó FFIII en los USA, cosas del marketing.
 Al ser el segundo para la Supernintendo, se notó que los chicos de Square tenían ya un mejor conocimiento de aquella gran consola, por lo que consiguieron un juego mucho mejor acabado que el anterior, el excelente FFIV. El quinto de la saga era el más grande hasta la fecha, poseía gráficos sensacionales, efectos sonoros de alucine y lo que quizá fuera más impresionante; la historia se desarrollaba en tres mundos diferentes. En realidad hay un poco de trampa ya que, en realidad, el tercer mundo era el primero pero fusionado en una extraña isla pseudocircular.

    El juego empezaba con nuestro protagonista huyendo con su amigo chocobo tras la caída de un meteorito que provoca graves terremotos en la zona y tras los cuales encontraremos a nuestros primeros acompañantes. Yo diría que es el Final Fantasy en el que antes se conocen al resto de protagonistas. Todos hacen su aparición a los pocos minutos de juego, y no tardamos demasiado en tener nuestro equipo de cuatro personajes.
    No quiero desvelar mucho del argumento, es largo y enrevesado como cualquier FF, pero solo diré que durante la historia habrá tragedias que cambian el destino del mundo, incluida la muerte de uno de los personajes protagonistas. Ciertamente no hay tantas muertes como en FFIV, pero es que en FFV se da un paso atrás en el número de personajes protagonistas. Solo son cinco, que se quedan en cuatro tras la muerte de uno de ellos. Realmente son pocos personajes, sobretodo después de haber jugado FFIV, y lo raro es que a pesar de ello, los personajes del juego anterior tenían un mayor carisma y nivel de profundidad, aunque sin llegar a los de juegos más modernos.






La isla de la Luna, o así la llamo yo



    Centrémonos. FFV era un RPG, un RPG japonés para más señas, o sea, gráficos infantiles con argumento casi adulto, humor ligero, un cierto erotismo casi inidentificable y muchas animaciones divertidas. Era curioso como aquellos montones de pixels eran capaces de transmitirnos las diversas emociones que sentían a lo largo del juego, tristeza, alegría, susto... lo cierto es que la música también ayudaba bastante la verdad.

    Antes de seguir tengo que decir una cosa. Yo no tuve Snes, eso lo he dicho mil veces, yo jugué a este juego en PlayStation, gracias a un pack en el que venía junto con FFIV. Por aquel entonces ya había jugado a los FF de Playstation, incluido el VI, por lo que me consideraba ya un fan de la saga que no podía dejar escapar aquel pack. Si pongo capturas de la GBA es por pura comodidad, no tengo partida empezada en mi emulador de Snes xd, me estoy volviendo muy perezoso... mentira, ya lo era de hace mucho tiempo.




Un pequeño vistazo a los jobs




    El sistema de juego era muy similar al FFIV, aunque ahora nuestros combatientes se limitaban a cuatro, en el anterior podíamos crear un grupo de hasta cinco héroes. Los turnos durante los combates se decidía gracias a una barrita que se iba llenando dependiendo de la velocidad de nuestros personajes, barrita que, por primera vez, podíamos ver en pantalla, eso es algo que ya no cambiaría hasta FFX. En nuestro turno podíamos decidir qué acción realizaría el personaje en cuestión, ya fuese realizar una magia, utilizar algún objeto o utilizar alguna habilidad de clase o job en este caso.
    FFV recupera el sistema de jobs de FFIII y lo mejora con una interfaz más ágil y con un mayor número de jobs, desde guerrero, ninja, mago a geomante y domador pasando por bailarín y bardo.
    Como es de esperar, los distintos jobs no están disponibles desde el principio, de hecho empezamos sin ningún tipo de job y debemos ir encontrándolos durante nuestra aventura. Los jobs los obteníamos normalmente tras la destrucción de los cristales elementales, unos cristales guardianes de los distintos elementos, tierra, fuego, agua y aire, cristales que se supone que debemos proteger y que, inexorablemente acababan siendo destruidos, con graves consecuencias para el planeta. Sin el cristal del fuego ninguna llama da calor, sin el del aire no corre ningún viento... ¿lo pilláis?. Pues cada vez que uno de esos cristales se rompe, podemos recoger sus trozos, los cuales tienen almacenadas almas de antiguos guerreros, lo que nos proporciona la capacidad de utilizar sus habilidades.
    El como utilicemos los distintos jobs es quizá, lo que le otorga a FFV el mayor grado de diversión y de estrategia, podíamos formar el equipo de nuestros sueños, sin ninguna limitación, si queríamos hacer un grupo de cuatro invocadores lo hacíamos y punto... aunque no fuese lo más inteligente xd.
    Los jobs nos proporcionaban capacidades únicas y aumentaban nuestras características en consecuencia, aunque cada personaje tuviera sus diferentes puntos fuertes haciéndolos más aptos para unas clases que para otras no había ningún problema a la hora de enseñarle a un personaje algún job en particular, al contrario, a más habilidades supiera más posibilidades teníamos de sobrevivir, me explico; a medida que nuestros personajes ganaban puntos de habilidad aprendían habilidades de el job que tuvieran activo, como podría ser el Contraataque automático del monje, que era una habilidad pasiva, que dirían ahora. Una vez aprendida una habilidad, podíamos optar por "equiparla" en una de las dos ranuras que cada personaje tenía para ello, y que le hacía poseedor de esa habilidad sin importar que job tuviera activo, ejemplo sencillo, podríamos tener un mago blanco con la capacidad de hacer contraataques y de lanzar hechizos de magia negra. Y la cosa no acaba ahí, por que cada job enseñaba varias habilidades, como la de utilizar armas a dos manos, o poder equipar escudos, un aumento en nuestros Puntos de Vida o de Magia... todo un universo de posibilidades a nuestro alcance.




No sé si dormir en la calle, es más barato



    Ya he dicho que entre los distintos jobs habían diferentes tipos de mago, y no solo los clásicos mago negro/blanco, ahora también habían magos rojos, capaces de lanzar magias de varios tipos aunque no las de mayor poder, era un mago más versátil pero menos poderoso en el uso de la magia, podía llevar armaduras más pesadas que los magos "normales" y utilizar armas mejores, por lo que no era demasiado descabellado ponerlos en la fila delantera. A parte del mago rojo también estaba el mago azul, junto a un par más que ahora no recuerdo xd. Algo que no entendí de este juego era que, para poder utilizar magias, antes debías comprarlas, ya sé que así era en casi todos los FF anteriores, pero me resultaba cansino eso de tener que ir pueblo por pueblo a ver si en la tienda de magia había alguna que aún no tuviera, al menos bastaba con comprar una para que todos pudiera utilizarla. Peor era con los magos azules, eran magos que debían aprender sus habilidades de los enemigos, y para ello debían ser atacados... puede que el que haya jugado FFVII le suene de algo. Por suerte, había cierto job que te permitía controlar a los enemigos, y así podías utilizar las diversas técnicas que tuviera sobre tu mago azul, pero claro, no todas las técnicas podía aprenderse, por lo que conseguir todas las técnicas era un trabajo largo y arduo... de ahí que apenas utilizara esos magos, a pesar de haber técnicas bastante poderosas.
    Otros jobs podían utilizar los poderes de la naturaleza a tu favor, ya fuera invocando animales que atacaran por ti o bichos que sanaran a tu grupo, en realidad era un poco gay, al igual que el bardo, un job que solo cogía de vez en cuando ya que, de forma similar a los magos azules, debías encontrar canciones disponibles a lo largo del mundo.
    Con el invocador pasaba algo similar, debías encontrar a los distintos monstruos a lo largo del mundo y derrotarlos en un combate para ponerlos a tu servicio.
      Como se puede deducir de lo anterior el simple hecho de aprender todas las magias y habilidades disponibles era ya de por si un reto enorme, solo al alcance de los más fieles jugadores.

    El hecho de ser pocos personajes protagonistas le quita cierto encanto, ya he dicho que antes que a este jugué a todos los FF que habían salido en PlayStation, y creo que el que menos personajes tenía era el VIII y eran seis, sin contar Laguna y compañía claro. Pero puede que, precisamente por ser menos personajes se les coge cierto cariño especial, y la muerte de cualquiera de ellos se nos antoja más terrible si puede que otras muertes de otros FF, solo son cinco en total... y muere uno de ellos, uno que tiene un vínculo muy especial con otro personaje protagonista, lo que hace la muerte aún más emotiva y trágica.
    Una cosa que quería comentar era  sobre eso mismo, sobre el personaje que muere. El personaje trágico muere con la historia bastante avanzada, lo que en un principio nos hace sentir que hemos perdido el tiempo haciéndolo subir de nivel y enseñándole habilidades de los jobs. Square debió adivinar que los jugadores iban a sentir eso, así que, tras su muerte, se nos da un objeto en el que yace todos los conocimientos del personaje moribundo con lo que podemos traspasar esos conocimientos al nuevo, y joven, personaje. Resumiendo, que el personaje nuevo tendrá el mismo nivel y habilidades que el personaje muerto... que susto me llevé la primera vez, pensé que iba a pasarlas canutas con un personaje de nivel bajo y sin habilidades.





Si hay algo que abunde en FF V son los enemigos raros





    Según el job, y las habilidades del personaje, podíamos equipar a nuestros héroes con diferentes armas y armaduras, los monjes iban a puñetazos, los ninja utilizaban dagas y armas arrojadizas y tal. Con las armaduras sucedía lo mismo, los monjes, ninjas y ladrones solo podían llevar armaduras ligeras mientras que los guerreros y samurais podían llevarlas más pesadas. El diverso equipo para nuestros personajes solíamos conseguirlo en las distintas tiendas del mundo, aunque en ocasiones los enemigos nos dejaban alguna como tesoro, aunque normalmente terminaban siendo vendidas.
    Algunos jobs nos permitían utilizar dos armas, los ninja por ejemplo, e incluso armas arrojadizas... los ninja de nuevo, y no solo eso, las armas arrojadizas solían hacer el mismo daño sin importar si estábamos en la fila frontal o trasera... ups, no he dicho nada de eso.
    En FFIV ya vimos algo de ello, podíamos colocar a nuestros personajes en dos filas, una más adelantada que la otra, los personajes de la fila frontal harían más daño físico, pero también estarían más expuestos a ese tipo de daño. El problema era que no era un sistema ágil, o teníamos dos personajes delante o tres, ya que lo que hacía el juego era un cambio de formación, adelantando o atrasando las posiciones salteadas. En FFV eso se acabó, podíamos poner a todos los personajes donde nos diera la gana, aunque claro, no era muy inteligente poner a nuestros dos magos blancos en la fila frontal y a nuestro guerrero y a nuestro samurai en la de atrás... al menos que tuvieran armas que atacaran con la misma eficacia, sí, esa de las que hacen el mismo daño aunque ataquen desde la fila de atrás.





Faris busca sus cinco euros perdidos mientras el resto del grupo se juega la vida





    Ya sé que no me he adentrado nada en el argumento del juego, pero diré que todo, o casi todo, gira alrededor de los meteoritos ya que, en realidad, no eran meteoritos, sino más bien naves espaciales. En una de ellas llegó uno de los protagonistas, pero del trompazo perdió la memoria y no recuerda ni su nombre, aunque poco a poco se va sabiendo que en su juventud ayudó a derrotar a un ser muy poderoso, y que está aquí para ayudar en lo posible ya que dicho ser está a punto de escapar de su encierro. El juego presenta muchas sorpresas en lo que el argumento se refiere, hay hermanas perdidas, piratas que no son lo que parecen, padres desaparecidos... todo digno de una saga de aventuras medieval. Nuestra aventura nos llevaba por mares llenos de monstruos, dragones bondadosos y malvados descabellados, en el mundo de FFV se rompían casi todos los tópicos, incluso salía un hombre-lobo que resultaba ser de los buenos.

    Nuestro principal cometido era el de proteger los cristales elementales, cosa que no conseguíamos en un principio ya que, como ya he dicho, terminaban siendo destruidos por una razón un otra, algo similar a lo que sucedía en FFIV.
    A lo largo del juego. y para poder viajar a través del mundo, teníamos acceso a determinados medios de transporte, ya fueran dragones voladores, chocobos, barcos o barcos voladores, incluso podíamos utilizar un barco que podía navegar tanto por agua como por el aire... pero no por tierra. Aunque claro, si podíamos aterrizar al lado de nuestro destino eso nos daba igual... en teoría. Al igual que en otros FF, el quinto de la saga poseía distintos tipos de terreno, bosques, desiertos, llanuras y tal, nuestro barco volador solo podía aterrizar en las llanuras, por lo que en ocasiones nos tocaba hacer un viaje a pata, aunque claro, tampoco es que tuviéramos que hacer caminatas tipo WoW. El mundo de FFV era plano, como todos sus antecesores y que solo cambiaría con la llegada de Playstation, y aunque utilizaba el Modo 7 eso no afectaba al diseño del mundo en nada, solo podíamos apreciar cierta "tridimensionalidad" al utilizar algún medio de transporte volador, entonces se nos daba una perspectiva inclinada del mundo para darnos la sensación de estar sobrevolando la superficie, pero todos los escenarios, ciudades, montañas y demás, seguían siendo "planos", era como volar encima de un mapamundi, pero bueno, tampoco se le podía pedir más a la Snes... ¿o sí?.




Las magias no eran muy espectaculares para lo que estamos acostumbrados hoy día




    Uno de los puntos fuertes de la 16 bits de Nintendo era su sonido, su chip tenía una gran versatilidad y era capaz de generar fantásticos efectos, eso hacía que los diseñadores de sonido y los compositores de bso tuvieran una gran herramienta a su disposición. Pero he de ser sincero, FFV tiene grandes melodías, quizá no sea el FF que tenga la mejor banda sonora, pero sigue siendo un FF y Nobuo Uematsu sigue siendo Nobuo Uematsu, por lo que FFV sigue teniendo una música genial, sobre todo el tema de lucha contra los "bosses" y el tema recurrente de Gilgamesh, un enemigo que suele salir, de una forma u otra, en la mayoría de juegos de la saga.
    Gráficamente el juego estaba un par de puntos por encima de su predecesor, eso se veía a simple vista, personajes más grandes y mejor definidos, escenarios más detallados, magias más espectaculares, se notaba la experiencia de Square, experiencia que quedaría mejor plasmada aún en el siguiente juego de la saga.



 
Y ahí tenemos al chocobo negro... sí, sé lo que pensáis, los japoneses deben tener algún tipo de problema a la hora de identificar colores




    Parece más que evidente que mi entusiasmo es inferior al de otros juegos de la saga, y no lo voy a negar, FFV es un juego genial, es fantástico y me encanta, pero hay algunas cosas que hacen que no esté entre mis tres favoritos de la saga. El número de personajes es muy pequeño, cierto es que en los primeros juegos de la saga solo había cuatro, pero nunca me gustaron los retrocesos, y aunque el uso de los jobs es también un retroceso yo no jugué a FFIII hasta bastante después, así que para mi era una novedad, y es cierto que es una característica muy atractiva y que equilibra en cierta manera el escaso número de personajes. Otra cuestión es la dificultad... en cierta ocasión, y hablando de FFX, cierto conocido mio dijo "cada vez hacen los FFs más difíciles", le reté a jugar a alguno de los antiguos y, no sé si llegó ha hacerlo pero este FF, junto al IV, es para mí uno de los más difíciles, el III también tenía lo suyo, pero ya hablaremos de eso otro día. El cambio de mundos también era una característica interesante, aunque si habías jugado antes a FFIV se perdía un poco la novedad y también era cierto que el tercer mundo no era un mundo nuevo en el sentido estricto de la palabra. No sé, siempre tuve una sensación agridulce cuando jugaba a este juego, por mucho que pareciera superar a FFIV en el apartado técnico siempre preferí el IV, con muchos más giros en la historia, muertes de héroes y sorpresas de última hora, FFV era algo más lineal (un poco más de lo que suelen ser los FFs la verdad) y aunque proporciona muchas horas de diversión y combates furiosos no me llenaba del todo.

    Ya dije al principio que este juego no llegó ha salir, legalmente, fuera de Japón hasta que salió una versión de PlayStation, primera versión que yo jugué, el enorme éxito que cosechó la saga fue suficiente para que Square relanzara todos sus juegos al mercado internacional... excepto el FFIII, al parecer había algún problema con los derechos o yo que sé y solo llegó a salir una versión poligonal en Nds en la que proporcionaban mayor protagonismo a los ejem, protagonistas, teniendo incluso su propia historia, hay que decir que en FFIII, al igual que en FF, los personajes ni siquiera tenían nombre, los creábamos al empezar, por lo que no tenían una implicación "real" en la historia, cosa que sí pasaba en FFII, IV y siguientes.
    Pues eso, años después, y siendo ya Square Enix, la compañía japonesa lanzó FFV para la GBA, es evidente el paso del tiempo y el cambio de máquina, el tamaño de los personajes parecen algo mayores con respecto el tamaño de la pantalla y los gráficos no parecen tan buenos, aunque claro, eso pasa por acostumbrarnos a polígonos brillantes y lustrosos, también posee algunas características especiales al igual que sucedió con la versión de Playstation y... bueno, es una forma más de jugarlo. Además podemos elegir idioma, entre ellos el español, por lo que es, oficialmente, el único FFV en nuestro idioma, aunque buscando en la red se pueden encontrar roms de Snes traducidos por fans no es lo mismo, siempre es mejor una traducción hecha por profesionales.
    Y creo que con eso voy ha terminar, FFV es un gran juego, genial, espectacular, pero para mi gusto se queda en el cuarto o quinto mejor FF, y muchos pensarán que es demasiado teniendo en cuenta su antigüedad, pero es un gran juego que supera en ciertos puntos clave a algunos FF de generaciones a priori muy superiores, pero como ya se sabe, grandes gráficos no tienen por qué ser sinónimo de grandes juegos,






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