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Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

martes, 25 de febrero de 2014

Rod-Land





     Hay juegos gays, muy gays, supergays, y luego está Rod-Land. Hace tiempo que no hablo de ninguna recreativa y ya va siendo hora de que regresemos al principio de los videojuegos, aunque el juego en cuestión apareció ya en los 90.
 Este es ese tipo de juego que carece totalmente de violencia y sangre, o al menos de violencia explícita y... ejem, violenta, ya que, a su manera, algo sí que tiene.
 Rod-land era de esos juegos a los que podías jugar con tu novia/o ya que no era de guerra ni de lucha sino de unos elfos o haditas ultragays que debían rescatar a su madre de un secuestrador pervertido, lo de pervertido me lo he inventado, por supuesto.
 El desarrollo del juego, aunque no su jugabilidad, puede recordar a otros clásicos como Snow Bross y juegos por es estilo. La acción se desarrollaba en una sola pantalla y lo único que debías hacer era acabar con los distintos bichos que por ella pululaban, como opción podías recoger todas las flores repartidas en la pantalla, al hacerlo, todos los bichos se transformaban en bichos diferentes y al derrotarlos dejaban caer unas letras. Adivinad que pasaba si completabas la palabra "Extra", pues eso, ganabas una vida extra.



Es increíble la pinta de peligrosos que tienen esos... lo que sean




    Dejando a parte las bromas, es evidente que el juego estaba destinado sobre todo al público femenino, que ya sabemos que a las niñas les gusta eso de las hadas, los animales monos y tal. Y... bueno... quizá os preguntéis como un macho duro y varonil como yo acabó jugando a este juego. Es una larga historia.
 Corrían los primeros años 90 y entré en un bar de mi ciudad, creo que era una peña sevillista o algo así y la máquina estaba allí puesta. Siendo curioso y un aficionado incondicional de los videojuegos no pude por menos que gastarme una monedita de 25 pesetas en ella, total, como mucho podría comprarme cinco chicles, o dos paquetes de pipas y un chicle, o 25 Lacasitos... pues eso, jugué al juego, y he de reconocer que tiene su puntito, es sencillo de jugar y bastante fácil de avanzar, pero como sucede siempre, si nos confiábamos más de la cuenta el juego nos ponía en nuestro lugar.
    Y ya está, no jugué nunca más a esa recreativa... ¿y por qué está este juego aquí?, esa es la historia que quería contar.
    Ya bien entrado en mis 30, y un poco harto de las consolas de supuerultramegahipernuevageneración con miles de millones de polígonos, doscientostresmilmillones de efectos de luz en tiempo real sobre partículas hiperquinéticas a nivel cuántico y texturas hiperrealistas e hiperlumínicas, decidí volver a los orígenes. Tenía un ordenador y muchas ganas de rememorar tiempos antiguos, más sencillos y mucho, mucho más baratos. Buscando en la red de redes encontré lo que quería, emuladores para los juegos de recreativas así como para mis consolas favoritas, el MAME se convirtió en mi mejor amigo, con el que recordé tiempos de adolescencia... no demasiado rebeldes pero sí divertidos.



Con la escalera podíamos llegar a lugares más altos... como es obvio



    Buscando en mi memoria recordé muchos nombres de juegos, tenga buena memoria para las cosas que me gustan la verdad, y un día me vino a la mente aquel jueguecillo de los elfos mariquitas, ¿o eran hadas?, daba igual lo que era seguro es que eran mariquitas. Recordé que utilizaban como arma unas varitas mágicas (Rod en ingles) y supuse que, con la simpleza de los japoneses a la hora de poner nombre a sus videojuegos, supuse que por ahí podría empezar a buscar. Por suerte, el propio Mame trae una lista de los juegos que puede soportar, y sin mucha dificultad encontré un nombre Rod-Land, busqué en internet y ahí estaba, el juego de los elfos gays (o hadas, según se mire).
 Solo jugué un par de veces... hasta que mis sobrinos vieron el juego y se emperraron en que les dejara jugar y la verdad es que, con tal de tenerlos callados y tranquilos les dejé jugar.
 He de decir que mis sobrinos son pequeños, por eso los colorines y las haditas les atraía mucho, y como no hay mucha violencia que digamos pasamos bastantes tardes jugando los tres. Incluso me parece que tengo algo de culpa en la vena friki que uno de mis sobrinos está dejando a relucir... pero eso es otra historia.




Nunca supe que mierdas eran esas cosas




    Hablemos ya del juego en si. Como ya he dicho, el arma que utilizaban los elfos estos (o hadas), son unas varitas mágicas con las que pueden apresar a los enemigos y golpearlos repetidamente contra el suelo... es menos violento de lo que parece. También poseen unos zapatos mágicos con los que pueden crear unas escaleras para llegar a lugares inaccesibles o incluso para esquivar a los enemigos. Punto y final ese es el juego, cuando acabas con los enemigos de una pantalla el juego nos lleva a la siguiente página moviendo el escenario en scroll, solo hay scroll durante esas transiciones, y al final de cada nivel nos enfrentamos contra un enemigo final terrible y... o bueno, digamos que son enemigos de fin de fase y punto ya que miedo, lo que se dice miedo no dan, sólo con mirar los cocodrilos de más abajo os podéis hacer una idea.




Si matabas a esos tomates dejaban caer letras, ya tengo la "E"



    Como es habitual en estos juegos, algunos enemigos dejaban caer ciertos objetos que, normalmente, servían para acabar más fácilmente con nuestros "terribles" enemigos, bombas, misiles y cosas así... sí, suena todo muy violento y espectacular pero no he visto en toda mi vida un juego en el que haya un arsenal tan "explosivo" y con tan poca violencia. Por lo demás no había power-ups de ningún tipo, un solo roce de un bicho enemigo y nos podíamos despedir de una de nuestras vidas, no había "energía", un toque y ¡pum! muerto... o algo así, ya que en lugar de mostrarnos un cadáver sangriento y putrefacto, lo que sucedía al tocarnos un bicho no podía ser más gay. Nuestro personaje se convertía en una hadita (esta vez sí que sí), y se iba volando.



Y esto es ladies and gentlemen... un boss





    A los aficionados de la cultura japonesa puede que les suena la palabra kawaii, significa algo así como "mono" que en España se usa como sinónimo de bonito o "cute" que se diría en inglés, y este juego se podría decir que es muuuy kawaii, dos personajes retacos y cabezones, enemigos de formas suaves y redondeadas y colores muy llamativos, o sea, todo muy kawaii. Por mi parte no es ningún problema siempre que el juego sea divertido y tenga al menos cierto nivel de dificultad y la verdad es que este es el caso. Quizá no es el juego con el que te gustaría que tus amigos te pillasen jugando, pero si tienes una novia de esas jugadoras "casual" o una sobrinita con la que quieras pasar el rato sin tener que jugar a las Barbies este es un juego bastante divertido, se puede jugar en modo cooperativo lo que lo hace más divertido si cabe. Es más, al acabar el juego, cosa bastante factible debido a su escasa dificultad, se nos daba una contraseña que podíamos introducir al empezar otra partida y nos daba acceso a niveles nuevos, algo muy original y que nunca he vuelto a ver en recreativas.



No sé si son serpientes-unicornios o yo que sé... y todo va a más gay



    Realmente no tengo mucho más que decir, ya que este juego casi ni debería estar aquí porque he jugado con él más en los últimos dos años que en mi adolescencia, por lo que no marcó demasiado mis gustos con los videojuegos, aunque sí hizo una cosa, hizo que no me fiase de las apariencias en los videojuegos ya que, por muy gay que un juego pueda parecer... Rod-Land lo será más.


 No me di cuenta hasta un rato después, el juego estaba puesto en "vidas infinitas", cosas del Mame, y me daba pereza empezar otra partida solo para hacer una captura del "Game Over", así que os deberéis conformar con el gusano rosa ese de abajo.



 ¡Conejos, conejitos!... la gaycidad en su máxima expresión

 
    Nota final: Esto lo escribo a principios de 2024, estoy dándole un repasito a las entradas antiguas y, bueno... lo que quería decir es, que si os molestan los chistes de gays o de cualquier tema políticamente incorrecto, este no es vuestro blog, estáis invitados a marcharos y a no entrar más. No gano dinero con esto ni tengo por qué contentar a nadie, y menos a un montón de cristalitos que se ofenden por todo. Fin de la nota.

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