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Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

sábado, 3 de junio de 2023

Road Rash



No tenía pensado hablar del Road Rash original, jugué mucho más al segundo y, en realidad, casi todo lo que dije en aquella entrada es aplicable a este juego, pero lo he pensado mejor y, aunque obviaré algunas cosas, hablaré como si no hubiera publicado aquella entrada original. Lo cual irá bien para los que no conozcan está saga (si es que eso existe XD). Y bueno, hoy no alargaré mucho el inicio.
 Road Rash, juegardo de los buenos, fue publicado por EA antes de convertirse en la empresa demoníaca que todos conocemos a día de hoy. Una EA llena de ideas muy originales en ocasiones y con juegos muy, pero que muy buenos. Y este es un muy buen ejemplo de ello. Y ya, entiendo que a día de hoy la idea de moteros macarras no suene muy original, pero imaginad ser un crío de los 90 y encontrarte con esta burrada. Siendo sincero, este juego me impresionó más que otros, supuestamente, más violentos (sí, Mortal Kombat, te miro a ti), ya que la violencia de MK era casi una parodia de la industria, era como si se hubieran materializado todos los miedos y estereotipos que tenían en su cabeza todos aquellos adultos que no habían visto un videojuego en su vida, mientras que la violencia de Road Rash era más "realista". Pero no adelantemos acontecimientos y contemos de qué demonios trataba Road Rash.
 Road Rash era un juego de carreras callejeras de motocicletas. Comenzabas con una moto de baja cilindrada y debías clasificarte en cierto número de carreras para ascender de división, enfrentándote cada vez a pilotos más rápidos y rabiosos.


A liarla parda en moto


 Las mecánicas de juego son las mismas que acabaría heredando la secuela. Podíamos escoger los circuitos a nuestro gusto, de entre varios entornos naturales de USA, desde zonas boscosas a desiertos. Según la posición en la que llegáramos se nos daría un premio económico, dinero con el que podríamos comprar mejores motos. Una vez clasificados entre los tres primeros en un número determinado de carreras, subíamos de división. Y ojo, que en ocasiones valía más la pena repetir carreras para conseguir dinero y comprar una moto nueva en lugar de subir rápidamente de división, ya que aunque el valor de los premios aumentaba, también lo hacía la dificultad. Y como el juego te permitía repetir carreras a tu gusto, pues bueno era aprovecharlo, porque además no se descontaban las carreras en las que te hubieras clasificado si corrías después y perdías... Y hablando de perder. He dicho que las carreras de este juego son callejeras, y con eso quiero decir ILEGALES... Lo que me lleva a uno de los puntos más interesantes del juego. Al tratarse de carreras ilegales, en Road Rash VALE TODO. Podías golpear a los otros corredores con tus puños o con porras, se las debías quitar antes, podías sacarlos de la carretera, hacerlos chocar contra los coches... Las posibilidades eran inmensas... Pero claro, este tipo de actividades suelen llamar la atención de los agentes de la ley... Y mucho antes de que GTA popularizara las persecuciones de policías, un juego de Mega Drive ya las implantó sorprendentemente bien. Los policías podían atacarte a porrazos, en el sentido más literal de la expresión, pudiendo tirarte de la moto, y si te pillaban antes de regresar a tu vehículo, se terminaba la carrera y, ¡encima!, te hacían pagar una multa. También podías perder sí, de tanto chocar, terminabas rompiendo tu moto, teniendo en ese caso que pagar la reparación de la misma.


Los retrovisores de este juego podían enseñarle cuatro cositas a juegos posteriores 


 Como se puede presuponer, el juego era complicado y se podía hacer largo, y para no tener que terminarlo de una sentada, podíamos conservar nuestro avance gracias a un revolucionario... Sistema de códigos... Sí, en cualquier momento podíamos mirar el código que nos permitía no tener que empezar desde cero... Suerte al copiarlo, y no perdáis el papelito.
 Si hay algo que Road Rash tuviera de sobra, eso era personalidad, el juego iba a lo que iba y no defraudaba, prometía hostias en moto y eso era lo que te daba, pero había más. Cada corredor del juego tenía su nombre, y vale que todos tenían el mismo sprite, que iba cambiando a medida que avanzabas, pero el que tuvieran nombres era un aliciente extra, ya que acababas creando rivalidades con algunos de ellos. Eso era debido al sistema de combate, si es que se le puede llamar así. Cada vez que se nos acercaba un corredor, el juego nos mostraba su nombre y su barra de salud, por eso, si nos derribaban, siempre sabríamos quién fue. Nuestra barra de salud siempre era visible, y se iba rellenando poco a poco (como las del resto de corredores). La barra de salud de nuestra moto también era visible todo el tiempo, pero no sé rellenaba, y si la barra se vaciaba se acabó la carrera... Y te tocaba aflojar la cartera, como ya dije.
 Aunque Road Rash 2 era un juegazo, a mi parecer, podría haber cogido una cosilla más de este juego. Y me refiero al "modo historia". En Road Rash 2, al terminar cada carrera se nos mostraba una animación muy simple pero divertida, y ya está, mientras que en este juego te mostraban "conversaciones" de los diferentes corredores, lo que ayudaba a darles personalidad. Algunos se mostrarían simpáticos y otros burlones. Además, había una trama que implicaba a un personaje femenino llamado Natasha y que, a medida que fuéramos avanzando, iba aumentando su simpatía por nuestro personaje.


Comprabas motos con dinero... ¿qué?, he dormido poco y no estoy especialmente ingenioso 



Aquí mi amigo Paco, que tenía problemas con el término "carreras DE MOTOS"


 Una cosa de la que aún no he hablado, y es por presuponer que todos conocemos este juego, es, curiosamente, de las propias carreras. Como suele ser en casi todos los juegos de carreras de la historia, comenzamos en la última posición, debiendo llegar entre los tres primeros para clasificarnos. A diferencia de otros juegos, no corremos en circuitos cerrados a los que debemos dar vueltas. Aquí corremos en tramos de carretera, como si fuera un rally. Esos tramos se irían haciendo más largos y complicados al ir subiendo de categoría, razón esta por la que comenté la estrategia de repetir carreras. Durante nuestro recorrido no solo debíamos enfrentarnos a corredores y policías, también a múltiples obstáculos, desde charcos a conductores locos, pasando obviamente por los peligros propios de la carretera, curvas salvajes y, ejem, coches mal aparcados.
 Road Rash fue de esos juegos que conocí gracias al alquiler, lo ví en mi videoclub de confianza y lo alquilé, no hay más historia, mi hermano y yo nos echamos unas viciadas de muerte, yo por aquella época ya empezaba a necesitar velocidad videojuegil, y aquél juego me supuso el que quizás sería mi primera experiencia satisfactoria con el género. Yo apenas había jugado a juegos de carreras hasta aquel entonces. A parte de algún que otro juego de Spectrum, y puede que es alguna partida al Out Run, mi experiencia en las carreras virtuales era muy poca, y poder montar una moto a toda hostia mientras una panda de gamberros intenta derribarme me pareció una experiencia grandiosa, joder, tanto es así que me acabé comprando el Road Rash 2, no hay más. Mirándolo con la perspectiva del tiempo, es bastante posible que este fuese el juego que me inoculó el virus de la velocidad. Tras él vino su "hermano", y tras una larga sequía, ya con mi PlayStation, vinieron muchos más juegos, la saga Ridge Racer, V-Rally, Moto Racer 2 (sigan atentos a este blog XD), WipEout, Need for Speed Underground, Midnight Club... Y la lista sigue. Y a pesar de los años pasados, las generaciones superadas y demás, pocos juegos pudieron darme la misma diversión que sentía al mirar el retrovisor de mi moto en Road Rash y ver cómo se estrelló contra un coche el rival al que empujé.
 Y ya voy a ir terminando, tenía pensado que la entrada fuese incluso más corta porque no quería que me quedara igualita que la de RR2, por eso me dejo también algunas cosillas sin comentar ya que odio repetirme. Así que sin más recomiendo, cómo no, probar esta maravilla jugable de los 16 bits, y si os gusta, podéis probar algún otro juego de la saga, ya que acabaron saliendo juegos, por ejemplo, para PlayStation o incluso Game Boy Advance. Y nada más por hoy. Y con esto y un bizcocho, me limpio el culo a las ocho.


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