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Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Light Crusader






    LC fue uno de mis primeros acercamientos a los JDR consoleros, aunque técnicamente era más bien un juego de acción con ligerisimos toques de rol, aun así valió la pena el dinero que gasté en él.
 Había leído sobre este juego en algunas revistas de la época «Superjuegos» y otras por el estilo que ya ni recuerdo, hablaban bastante bien de él pero como nunca había jugado a nada de ese estilo, lo más cercano hasta entonces había sido el Zelda de Snes, decidí alquilarlo un par de días para probarlo, me gustó bastante así que acabé comprándolo.




Algo que me alucinó fue la violencia del juego, nunca fue tan divertido ver rodar una cabeza.




    El juego era un cartucho solo disponible para la Mega Drive de Sega, en aquella época los «juegos exclusivos» eran más norma que excepción.
    En la presentación aparecía nuestro protagonista a lomos de su caballo blanco cabalgando hacia el reino de no recuerdo como se llamaba, donde el rey nos informaba de cierta crisis que en realidad daba igual y comenzabas a jugar... lamento esas lagunas mentales pero teniendo en cuenta que en realidad la trama era bastante sencilla da igual, basta saber que había un mago bastante malo que había secuestrado a gente de la aldea que debías rescatar y que al final invocaba a un demonio que debías derrotar.
    El juego poseía una perspectiva isométrica, bastante popular en juegos de ese estilo y bastante bien aprovechada aquí para dar cierta ilusión de 3d, 3d que había que controlar por los diferentes puzles del juego.
    Los personajes tenían diseños sencillos pero resultones habiendo una variedad de enemigos  que sin ser para lanzar cohetes era aceptable, había desde orcos y ninjas hasta fantasmas y soldados, incluso había un tanque y una especie de  AT-ST, sí tal como suena, y curiosamente resultaría uno de los primeros personajes poligonales en una videoconsola, tenía textura plana similar a un espejo, pero era poligonal lo que le otorgaba una suavidad de movimiento impensable en aquella época, decir que ese mismo tipo de polígono lo utilizaron para algunas puertas.



Estos tíos te disparaban con sus ballestas, menos mal que no eran muy listos.



    El juego se dividía en diferentes «dungeons» debiendo encontrar la entrada, normalmente una escalera, en el «dungeon» anterior y guardada normalmente por algún «jefe».
    Su desarrollo era bastante sencillo, al menos en cuanto a lo que se refieren el combate ya que solo podías realizar tres acciones, saltar, atacar con la espada o utilizar la magia, de esta última no hacía yo demasiado uso, solo curarme y utilizar el escudo, después me extenderé un poco más en ello.
    Los «dungeons» se dividían en distintas habitaciones, a veces sin ninguna lógica ya que podías salir de un pasillo normal y corriente para pasar a una habitación llena de agua y esta dar a otra llena de pinchos... y así con todo, pero bueno, daba igual. Otra cosa que podía ser distinto según la habitación eran las propiedades de la física, no espera, de la FÍSICA  así de claro, y por supuesto que lo utilizaban para algunos puzles. Esas diferencias en la física podían ser una mayor o menor fuerza en la gravedad, lo que influirá en nuestros saltos, dificultando o imposibilitando llegar a algunos sitios, otra cosa que podía cambiar era ¿la dirección del viento?, algo así, de pronto entrabas en una habitación por un lateral y te veías arrastrado hasta la parte inferior por un fuerte viento, pudiendo solo avanzar durante los escasos segundos que paraba y debiendo utilizar las columnas del pasillo para no ser arrastrado otra vez... también lo utilizaban para los puzles.

 Puzles, ¿he dicho que en este juego había puzles?.



 Algo raro que encontré en consola, si te subías encima de el viejo ese y saltabas hacia la izquierda, accedías a una copia de la aldea pero sin gente ni nada, no se si era un fallo del juego o algún truco que no supe completar... quizá busque más información.



    El juego consistía básicamente en ir descendiendo de «dungeon» en «dungeon» eliminando a los «jefes» como ya he dicho antes pero para llegar a cada uno de esos «jefes» debíamos de resolver por el camino una gran variedad de puzles, algunos bastante ingeniosos y originales, incluso el típico de «poner una bomba delante de la puerta para que al explotar se abra» cobraba un sentido especial si esa bomba, normalmente en forma de barril explosivo, se encontraba al otro lado de la habitación donde el suelo estaba helado y rodeado de pinchos que harían explotar el barril si se salía del camino, en otras ocasiones al entrar en una habitación se activaba una bomba y debías utilizar un reloj de cuco para parar el tiempo hasta colocar la bomba en su sitio, otras pisar interruptores, mover esferas hasta colocarlas en  sensores de presión luchando con el viento... sería casi imposible recordar todos los tipos de puzle que aparecían en el juego, aunque había uno que se repetía cada poco pero aumentando en cada ocasión, solía estar en una pequeña habitación y se componía de cuatro objetos que brillaban en cierto orden que debías memorizar para luego golpearlos, normalmente se te concedía un arma o armadura nueva a parte de abrir una nueva puerta.
    En ese sentido era muy sencillo, apenas había diálogo y cuando lo había se trataba del manido «¡oh cielos, el monstruo «x» se ha llevado a «y» a «z», ayúdanos», por lo que al final hasta te daba igual que viniera en español.



¿Conocéis el antiguo juego electrónico Simon?, pues ya sabéis de que va esto.



    Lo que quizá me sorprendió además de la cantidad de puzles, fue el sistema de magias, nada del otro mundo ahora que soy un veterano de los RPG, pero me pareció bastante alucinante en su día.
    Había cuatro tipo de esferas, que se correspondían con los cuatro elementos de la naturaleza, y que los enemigos derrotados podían dejar caer en ocasiones. Para lanzar magias solo debíamos pulsar el botón de «magia» y listo, pero para decidir qué hechizo queríamos lanzar al pulsar dicho botón debíamos entrar al menú de magia y escoger qué elementos utilizaremos para el conjuro, dependiendo de esa elección nuestro personaje lanzará un hechizo diferente, así a brote pronto recuerdo que si solo usabas el elemento agua el personaje recuperaba vida, y al utilizar los cuatro invocaba un escudo que lo protegía de un determinado número de golpes, pero también podía lanzar rayos y ráfagas de viento.

    El juego era entretenido la verdad, y eché mis buenas tardes masacrando zombies y fantasmas, pero se le podían reprochar algunas cosas, empezando por su absoluta linealidad, lo único que podías hacer era o avanzar hasta el final o entretenerte matando bichos, no había búsquedas secundarias al estilo Final Fantasy, tan solo un triste minijuego en que debías luchar contra unos orcos hasta expulsarlos del ring de combate y en el que ganabas dinero, y nada más. Otra cosa que se echaba de menos era un argumento, sí, parece que lo tenía, pero estaba poco desarrollado, los personajes secundarios te daban igual y la historia en ningún momento llegaba a emocionar, de hecho te daba igual la historia, lo único importante era ir de habitación en habitación para poder descender de mazmorra en mazmorra hasta destruir al malvado demonio del final que para colmo era superfácil de derrotar, pero bueno, no todos los juegos pueden ser Final Fantasy. Y para terminar con sus defectos guardé el que a la larga me resultó más decepcionante, su duración, el juego te lo podías hacer en una tarde, literalmente, en dos o tres horas podías terminar el juego una vez que conocías la solución a los puzles más complicados.

                             

                                                        
Pinchos, un barril explosivo y plataformas giratorias... id acostumbrándoos.
                                                  


    A pesar de tener sus defectos sus puntos a favor eran tenían más peso, los gráficos estaban bastante bien, había una cantidad aceptable de enemigos y los monstruos de final de nivel eran bastante alucinantes para la época. En los últimos niveles podías acceder a a unos pequeños niveles a lo largo del tiempo, desde el lejano oeste hasta el futuro pasando por la segunda guerra mundial donde, curiosamente aparece el que quizá fuera el primer enemigo poligonal al que me enfrente... al menos en Mega Drive, se trataba de una especie de AT-ST, sí uno de esos aparatos bípedos de la guerra de las galaxias.
     Bueno, no me quiero extender más, terminaré diciendo que este fue uno de los juegos que más me enganchó en mi pequeña consola de dieciséis bits, al menos hasta que me compré el Street Fighter II Special Edition, y que lo recomiendo a los amantes de los puzles que quieran echar un rato divertido.






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