Bienvenidos

Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

martes, 25 de septiembre de 2012

Final Fantasy VI







    Haber escrito sobre el Final Fantasy VII hizo que me entraran ganas de escribir sobre mi Final Fantasy favorito, que curiosamente no jugué en su versión original ya que la consola en la que salió fue Snes, y ya sabéis que yo tenía la Megadrive. Estoy hablando del Final Fantasy VI, el último Final Fantasy que salió para Snes y posíblemente uno de los que tenía la historia más enrevesada y complicada.



Aquí la pantalla de título americana. ¿Donde quedan los otros tres?.


  
    Final Fantasy VI (o III cuando saltó fuera de Japón por primera vez), sufrió en sus carnes un cambio en su numeración, ya que dos de sus predecesores no llegaron a salir de su país «natal» y se pensó que una numeración «salteada» podía confundir a las mentes occidentales. Yo personalmente pienso que haber respetado la numeración original habría sido una mejor estrategia, ya que podía haber despertado la curiosidad del mercado occidental y propiciar la salida al mismo de lo FF «perdidos», se ve que no me equivoco demasiado teniendo en cuenta la expectación que todos los FF levantaron en todo el mundo y las cifras de ventas de las diversas reediciones, pero claro, el mercado occidental no «entendía» ese tipo de juegos, o eso pensaban los japoneses claro. Además, la auténtica confusión vino luego, cuando cientos, miles de aficionados descubrieron que su querido FFIII era en realidad el sexto de la saga, las supuestas teorías y suposiciones a causa de ese extraño detalle han vertido litros y litros de tinta, sobretodo digital. Tanto en foros de videojuegos como en foros específicos de FF llegué a leer tonterías tales como que solo era un truco publicitario para que la gente buscara los juegos que faltaban (según esa teoría esos juegos no existían), otros decía que fue un cambio POSTERIOR a su salida, que el nombre original era Final Fantasy III pero le pusieron el seis para que encajara antes del Final Fantasy VII, pero bueno, como es un tema que no lleva a ninguna parte prefiero dejarlo. Pero por mucho que les fastidie a algunos ignorantes, Final Fantasy VI era la numeración original, ya que salieron tres Final Fantasy para la Nes y otros tres para la Snes, siendo el Final Fantasy VII el primero en salir para una consola que no fuera de Nintendo.



He puesto una captura de la versión GBA, para que podáis comparar.


    Pero bueno, vayamos al tema, ¿Cómo descubrí el FFVI si yo era un fanático de Sega y era un juego exclusivo de Nintendo?, pues gracias a una consola de color parecido y cuyo mando me recordaba ciertamente a la consola de Nintendo, y me refiero a la gris de Sony. La PlayStation.
      FFVIII y FFVI fueron los dos únicos que no compré yo. Mi padre y mi hermano fueron cierto día al centro comercial y al entrar en la tienda de videojuegos vieron en la zona de segunda mano algo que mi hermano no pudo dejar escapar. Siendo como yo un fan de la serie Final Fantasy encontró la manera de convencer a mi padre para que comprara ese juego, que por otra parte fue el segundo que me regaló en toda mi vida.
    Cuando vi aquella cajita cuadrada en las ilusionadas manos de mi hermano menor me emocioné bastante, solo conocía los FF de 32 bits, y aunque no esperaba demasiado de aquel juego pensé que al menos sería bonito tenerlo como curiosidad, decidí jugarlo, a pesar de que estaba en ingles, aunque solo fuese para echarle un vistazo... solo me bastó ver la intro para pensar que los FF de PlayStation no eran para tanto, es más me parecieron algo sobrevalorados teniendo en cuenta las posibilidades de cada máquina.
    La lastimera música de Nobuo Uematsu hacía que cualquier cosa que hubiera escuchado antes me pareciese pura bazofia, sobre todo la banda sonora del FFVIII, para mi la más floja de la saga de la que solo salvaría tres o cuatro temas, siendo el resto superaburridas, pero esa es mi opinión claro.

    En la intro de FFVI se nos mostraba a una Terra amnésica junto a los recurrentes «Biggs» y «Wedge» que no se si tendrán algo que ver con los personajes de Star Wars y que en esta ocasión hacían de soldados del imperio, que junto con la protagonista iban en busca de un «esper» que al parecer había aparecido en unas minas de carbón de un pequeño pueblo.
    Tras una pequeña charla en la que se introducía al personaje, se veía a los tres personajes montados en sus máquinas de guerra, que me recordaron a las que salían en la serie «Conan, el niño del futuro», caminando trabajosamente por unos campos nevados mientras una tormenta de nieve les caía encima, de fondo la música de Uematsu y las letras de créditos. A partir de entonces y ya con una perspectiva más amplia de la serie, puedo decir que Square ya no hizo una presentación tan buena hasta Final Fantasy IX, en ese sentido ni siquiera FFVII podía competir con su predecesor, pero solo por una pura cuestión técnica. La presentación de FFVII era una simple escena CGI cuyos gráficos no eran generados por la consola y que además, siendo sinceros, tampoco eran tan buenas como uno podría pensar en su día, solo hay que ver las escenas CGI de los otros FF de PlayStation y podemos comprobar lo mucho que Square mejoró durante esos años... FFVI por su lado explotó la Snes todo lo que pudo, utilizando el «Modo 7» para dotar de
cierta tridimensionalidad a la intro.



Como más tarde sucedería en FFIX, en algunas ocasiones aparecería un gracioso moguro dándonos consejos, como en esta captura que nos habla sobre el uso inadecuado de la letra "H" por parte de canis y chonis.


ºFinal Fantasy VI nos introducía en un mundo en el que un poderoso emperador quería hacerse con el control de todo, y que finalmente solo resultaría ser una mera marioneta, nos sumergía en la historia de todos sus personajes, todos unidos para luchar contra el emperador y contra el que a la postre sería el auténtico malvado, Kefka.
    La cantidad de personajes en FFVI era enorme, catorce, siendo algunos personajes secretos teniendo que encontrarlos y realizar alguna minibúsqueda un tanto complicada. Por lo demás el resto de personajes iban apareciendo a medida que la historia iba avanzando.
     Como ya dije, yo jugué la versión que sacaron para psx que venía en ingles, por lo que algunos detalles del argumento puede que se me escaparan, aunque mi nivel de ingles es aceptable, al menos leyendo, no es perfecto. Aún así pude entender la gran mayoría de la historia y, por fortuna, Square, ya con la denominación «SquareEnix» versionó el juego para una de las mejores portátiles que mis manos ha conocido, la «Game Boy Advance», y aunque no alcanzaba a ofrecer las mismas sensaciones que el original al menos sí que ofrecía la posibilidad de seguir la historia en el idioma de Cervantes, osease español.
    No quiero profundizar en la historia porque me tiraría aquí páginas y páginas además de que este no es un blog de trucos ni guías, pero sí diré que era una historia enrevesada como pocas en la que incluso el mundo está a punto de ser destruido, lo que se traducía en dos mundos diferentes de juego, con enemigos y localizaciones diferentes. Esto es algo heredado de FFs anteriores y algo que ya no se repetiría, aunque en FFIX hicieron algo parecido con la niebla.



Terra charlando con el que resultaría ser su padre, o eso creo, la historia era bastante enrevesada.



    Cada personaje tenía su propia historia y sus motivaciones para unirse al grupo como suele pasar en este tipo de juegos, y en diversos momentos debíamos realizar algún tipo de búsqueda o combate en el que se nos presentaba a los diferentes personajes, como cuando el castillo de Cyan es atacado y todo sus habitantes son envenenados. En una triste, y un tanto ortopédica escena, vemos morir a su esposa e hijo. Y la cosa no terminaba ahí, en cierto momento el grupo tenía que subirse a un tren fantasma y detener la locomotora, al llegar a la estación y bajarnos veíamos subirse a él a la familia de Cyan, que se despedía de ellos. También estaba la búsqueda por parte de Locke, que ansiaba un antiguo tesoro que pudiera despertar a su amada... y así con todos. Solo eran historias secundarias, pero eran historias que daban profundidad a los personajes y nos ayudaba a comprenderlos, cosa muy importante para los que nos gustan estos juegos.



Tranquilo, no le ha pasado nada a tu ordenador, es que Terra tiene un espectro de visión similar al de un caniche drogado, es broma.


    Final Fantasy era un gran juego, uno de los mejores de la historia, y como todo Final Fantasy no podía conformarse con coger a su antecesor y conformarse con meter una historia nueva y distintos enemigos, el juego debía incluir algo nuevo y diferente, y sí que lo hizo.
    Cada personaje tenía una clase al más puro estilo D&D, Locke era un ladrón, Sabin era un monje y así con todos, y aunque a la larga todos acabarían sabiendo utilizar todas las magias seguirían manteniendo su identidad gracias a las habilidades de clase, Locke podía robar, Sabin conocía diferentes técnicas especiales que debíamos introducir con el «pad» al más puro estilo «Street Fighter», Terra podía transformarse en esper, Celes podía concentrarse para absorber la primera magia que se lance sumando así el coste en PM a su reserva en lugar de recibir daño. Las diferencias no terminaban ahí ya que cada personaje solo podía equipar diferentes tipos de armas y armaduras, algunas de las cuales poseían habilidades especiales, armas que provocaban muerte inmediata o escudos que reducían el daño de un tipo de elemento. A parte de eso cada personaje podía llevar hasta dos preseas, las cuales otorgaban diferentes y variadas habilidades, desde hacerte inmune a diferentes estados alterados hasta activar el efecto espejo continuamente.

    Bueno ¿y como se aprendían las magias? preguntarán algunos. Pues con la «magicite».
    Las «magicite» eran unas piedras en las que estaba condensada la esencia de un esper, seres sabios y poderosos y que conocían el uso de la magia, en esas piedras se encontraban todos sus conocimientos y habilidades. Cada magicite nos permitía invocar a su pertinente esper, Ifrit, por decir uno de los más conocidos, y además nos enseñaba distintas magias dependiendo de su tipo, continuando con Ifrit este nos enseñaba magias de fuego. En algunas ocasiones diferentes espers nos enseñaba algunas magias iguales pero con distinto multiplicador lo que hacía que aprendiésemos esa magia de forma más rápida, ¿y que es lo que se multiplicaba?, pues los ya habituales «ap» que se otorgaban tras cada combate junto con los «px». La cosa con los «espers» no terminaba ahí ya que hay diversos espers que otorgaban diferentes beneficios al subir un nivel el personaje que lo llevara, estos beneficios eran distintos, unos aumentaban permanentemente los PV otros los PM, la fuerza, la resistencia etc, lo que provocaba en ocasiones cambios de esper cada pocos combates para poder aprovechar mejor la subida de nivel de cada personaje.
    ¿Cómo se conseguían los diferentes espers?, pues, como suele pasar en los FF, de diversas maneras, en ocasiones deberemos luchar con el esper, en otras ocasiones ellos mismos nos cederán sus poderes para ayudarnos en nuestra lucha contra el mal, en otras ocasiones bastará con comprarlos en la subasta.



Aquí estamos, dispuestos a liarla parda.


    Si hablamos de los gráficos se podría decir que FFVI era.. no sé, melancólico. Y lo digo porque cuando jugué a este juego yo ya estaba inmerso en los 32 bits, ya sabía lo que era un Fifa poligonal, un Gran Turismo, Crash Bandicoot... pero aún tenía en mi memoria juegos tales como el Zelda o el Zombies ate my Neighbors, por lo que los gráficos me hicieron soltar una lagrimita nostálgica. Eran gráficos desfasados claro, pero para el año 94 eran gráficos fantásticos, los gráficos de los enemigos en combate eran estáticos, aunque muy elaborados, aunque habían algunos tan extraños que no pude identificar su forma hasta que los vi en GBA, si hablamos de los efectos de las magias estos eran geniales y los efectos sonoros eran más que notables, por no hablar de la música... cosa que ya he hecho... ¡qué demonios!, ¡la música era de lo mejor del juego junto con la historia!, desde el tema que sonaba en la presentación a las distintas músicas de los combates, todo era un deleite para el oído... ¿y qué me decís de la ópera?, la escena de la ópera era algo realmente especial, una historia dentro de una historia, unos amantes separados por una cruel guerra, un baile y el amante desaparecido que llega para rescatar a su amada del supuesto malvado, sí, las voces no eran voces digitalizadas sino meros «beeps» y «booops» generados por el chip de sonido de la consola, pero la música era genial. Por cierto, la escena de la ópera se puede escuchar hoy en día perfectamente orquestada y con cantantes de verdad y es ESPECTACULAR.



El primer Jefe del juego, vi una foto parecida en cierta revista de videojuegos, en un reportaje especial ante la inminente publicación de FF VIII.



    El diseño de los diferentes escenarios era muy variado aunque evidentemente limitado por la consola e intentaba que sus diferentes pasillos no tuvieran tanta forma de... eso, pasillos, añadiendo diferentes curvas a los gráficos aunque en el fondo no afectara al mapeado.
    El desarrollo del juego era entretenido, muy entretenido, no se limitaba al típico «llego a una ciudad luego entro en una cueva, llego a otra ciudad entro en un castillo... », en ocasiones deberíamos bucear por debajo del mar luchando contra enemigos submarinos, o pelear mientras caíamos por una cascada enorme, lo cual resultaba de lo más bizarro, y sí, había castillos y diferentes cuevas, en los que deberíamos luchar en ocasiones con el típico «Jefe», que los había a montones.



La primera imagen de Terra, siendo aún controlada por el imperio.



    El juego era largo de narices, y sazonado con diferentes escenas, lo que luego evolucionarían en «CGIs», en la que se nos mostraba el avance de la trama, como cuando vemos a Kefka en persona envenenar un río que acabaría con las vidas de todos los habitantes del castillo en el que vivía Cyan. Escenas de ese tipo las había a montones, tristes, divertidas y en otras ocasiones incluso inspiradoras. Poseía personajes muy, muy carismáticos, quizá uno de los mejores sistemas de desarrollo de personajes de todos los Final Fantasy, variedad en el desarrollo, una historia larga y profunda, y si todo eso no fuera posible tenía uno de los malos más locos y despiadados que se haya conocido, siendo capaz de acabar con cualquiera que se interpusiese en su camino sin ningún escrúpulo llegando a acabar con la vida del propio emperador al que servía. Ninguna tropelía parecía bastante para Kefka, un tipo que parecía un simple bufón con una risa un tanto «amariconada» y que luego se reveló como el auténtico villano del juego.



No hay nada mejor que hacer al llegar a un pueblo que eliminar a toda su población utilizando máquinas de guerra capaces de utilizar la magia.



    Además de todo lo mencionado anteriormente, el juego tenía su búsquedas secundarias, como todo buen Final Fantasy, había ciertos dragones con los que acabar, armas secretas que encontrar, una zona de batalla donde ganar premios muy jugosos... y barcos voladores, barcos en los que, por primera vez, podías entrar, algo muy útil para cambiar el grupo, curar a los personajes o comprar objetos a uno de los hombres que iban en él.
    Una de las cosas más interesantes del juego era que el elevado número de personajes no era algo meramente anecdótico, sino que fue algo aprovechado multitud de veces a lo largo del juego. En algunos momentos de la historia esta se bifurcaba, surgían varios objetivos que debíamos lograr a la vez, siempre hablando en términos de «historia», por lo que debíamos crear varios grupos para que cada uno pudiera llevar a cabo su parte de la historia, por no hablar de los asedios.
    Los asedios eran una parte del juego en el que debíamos impedir que los grupos de enemigos alcanzaran la parte superior de la pantalla, no era algo que se repitiese muy a menudo (creo recordar que había dos asedios), en uno debíamos impedir que los imperiales cogieran a Terra, y en otro intentar que no llegaran a donde estaba el esper congelado de Narshe. Ya se que solo eran un par de asedios pero eran algo que daba variedad al desarrollo del juego. Más tarde en FFVII hicieron algo parecido con el fuerte Condor, aunque era algo más estratégico y nuestros personajes solo salían a luchar en momentos desesperados.



Esa cosa brillante es un punto de guardar, hay que reconocer que no se esforzaron demasiado en ese sentido.



    Por todo lo dicho antes, y con temor a repetirme demasiado, tengo que decir que sin dudar este es mi FF favorito.. Para los que piensen que suponer que decir que este FF es uno de los mejores es una afirmación exagerada solo puedo decir que desconocen la saga por completo. No basta jugar a FFXII o XIII (puaj), ni tampoco basta haber jugado a los de Psone. Hay que haber jugado a todos, y no solo echarles un vistazo sino jugarlos a fondo, darse cuenta de que todo aquello que nos encantó de FFX-2 (por poner un ejemplo) viene de los FFV y III, que la «bta» no se inventó en FFVII, al igual que los límites, que los chocobos vienen de antiguo, que incluso cosas que nos sorprendieron, como las ya comentadas bifurcaciones de la historia ya se utilizaron antes de los polígonos.
    Y había un cataclismo, dos mundos, ¿Quién puede dar más?, FFV ejem, ejem pero esa es otra historia.
 Pues lo dicho, para aquel que no haya jugado nunca a un FF más antiguo que el X este puede parecer una caca y por eso se perderá una auténtica joya de los videojuegos, sobre todo la versión de Psone, que venía con unos extras bastante jugosos incluidos varios vídeos.
    Decir que esta versión corregía algunos bugs de la original de Snes y... también incluía algunos nuevos, pero supongo que es la opción más sencilla para jugar a este juego sin recurrir a los emuladores y a la versión de GBA que aún sin desmerecerla, es solo una sombra de lo que nos ofrecía el juego original, a pesar de traer también algunos extras muy interesantes y que no se quedaban solo en el típico bestiario, sino que iba más allá incluyendo algunos secretos en el interior del juego. De todas formas no igualaba al original en cuanto a gráficos, pero más debido al tamaño de la pantalla que a la potencia de la consola, siendo también el scroll de pantalla algo más brusco y teniendo unos efectos menos impresionantes, pero aún así sigue siendo una buena opción para conocer el juego.




La música que sonaba en el mapa del mundo era la mejor de todo el juego, lástima que tras el cataclismo suena otra muy distinta.



  En definitiva, Final Fantasy VI es un juego largo, delicioso de jugar, no muy difícil y digno de volver a jugarse, y aunque hay ciertos rumores de que pudiera ser versionado para alguna consola portátil (NDS ejem, ejem) parece ser que el proyecto no está del todo claro y parece que nos quedaremos sin ver una Terra poligonal, pero esa noticia no hace sino revalorizar la versión de GBA y sobre todo la original de Snes. Así que no os hagáis los remolones y echadle un vistazo. Es un juego difícil de olvidar.

    Nota del futuro: Ahora se puede jugar FFVI hasta en una batidora, con "remasters" HD en píxel art para múltiples sistemas.







No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Tienes algo interesante que decir?. Recuerda ser educado y respetuoso.