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Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

sábado, 8 de septiembre de 2012

The Revenge of Shinobi






    Hablar en mi anterior artículo sobre el pack que traía mi Mega Drive me ha hecho recordar que The Revenge of Shinobi merece estar aquí por derecho propio.
 Como acabo de decir TRoS venía con mi vieja (en aquella época, nueva y reluciente) Mega Drive siendo, al menos para mí, el juego más difícil del pack.
    No creo necesario explicar de qué iba el juego ni como se jugaba ya que forma parte de una de las sagas sobre ninjas más famosas del mundo de los videojuegos, así que basta decir que un tipo malvado ha secuestrado a la novia del protagonista y que deberíamos recorrer medio mundo para rescatarla... que derroche de imaginación y originalidad.
    El desarrollo del juego era prácticamente el mismo que el del Shinobi original exceptuando que no habían fases de bonus. Debíamos atravesar los diversos niveles del juego utilizando nuestros shurikens para acabar con nuestros enemigos, aunque el autentico objetivo era solo el de llegar a la salida, aunque no era nada recomendable andar hacia adelante a lo loco ya que los enemigos eran bastantes y nos perseguían, eso sin contar que también nos podían atacar a distancia y que en muchas ocasiones se encontraban parapetados tras algún objeto debiendo pensar antes de atacar.
    Los escenarios no se limitaban a ser horizontales, en ocasiones debíamos escalar un edificio o incluso por una catarata o movernos por niveles laberínticos.
    El desarrollo no era nada original, de hecho era el mismo que el de Shinobi, como ya he dicho, y muy parecido al de Shadow Dancer teniendo este además el añadido de el perro, y no solo eso además el desarrollo era bastante parecido a los juegos de la saga Nina Gaiden, aunque hay que decir que había ciertos detalles que lo diferenciaban del resto proporcionándole una personalidad propia.
    Lo primero era que nuestro ninja no disparaba las conocidas «estrellas ninja», sino los cuchillos esos de lanzar que también suelen utilizar los ninjas y que aunque ahora son casi tan famosos como las «estrellas ninja», en aquella época no lo eran tanto, de hecho incluso me disgustó ese detalle en un principio, tan fan de los ninja como era yo en aquella época...
    Ciertamente ese detalle no afectaba en nada a la jugabilidad, pero había otro, también relacionado con nuestros shurikens que sí podía afectar al desarrollo del juego, y era el hecho de que, por primera vez, nuestra munición no era infinita.
    Ciertamente si jugabas como era debido difícilmente se te acabarían los shurikens, pero sí que es cierto que te obligaba a afinar la puntería y a no utilizarlos a lo loco, sobre todo a no utilizar el lanzamiento aéreo especial ya que se gastaban 8 shurikens de una vez (el ataque ese se utilizaba usando el salto doble y pulsando luego el botón de lanzar shurikens).



El primer boss, solo le hacías daño si le dabas en la cabeza, cosa que solo podías hacer cuando atacaba.

 

    Otro detalle que lo diferenciaba de los juegos mencionados (me refiero solo a los de Sega), era que no había objetos que recoger para poder avanzar de nivel, nada de bombas ni de rehenes, nuestro objetivo era únicamente alcanzar la salida del nivel, aunque eso no quiere decir que fuese fácil.
    Como ya he dicho, los shurikens no eran infinitos, y de alguna manera debíamos reponer nuestra munición ,¿no?. Para eso había cajas repartidas por todo el escenario y que podíamos romper de una patada o con nuestros shurikens. Dentro de ellas podíamos encontrar tanto shurikens como vidas extra e incluso corazones, que repondrían nuestra energía, sí, energía. Otra característica de este juego era la durabilidad de nuestro protagonista, mientras que en Shinobi y Shadow Dancer un simple golpe acabaría con la vida de nuestro ninja en The Revenge of Shinobi teníamos una barrita de energía que iba disminuyendo con los ataques enemigos, la barra iba creciendo a medida que avanzábamos en el juego. Podría parecer que la barra de energía facilitaba mucho el juego, pero la realidad era que había tantas amenazas en el juego que se hacía imprescindible.




Lanza shurikens en doble salto y gastaras munición a porrillo.



    El último detalle que dotaba de su propia personalidad a TRoS era que nuestro personaje disponía de diferentes tipos de magia, incluido un escudo y un espectacular ataque flamígero. En las cajas antes mencionadas podías encontrar repuestos para las magias, incluido el PowerUp que dotaba a nuestros shurikens de mayor potencia y haciendo que pudiéramos bloquear los proyectiles frontales.     Hasta aquí todo lo que resultaba «original», y ahora lo que no lo era tanto... ¿dije que el juego trataba de ninjas?.
    El juego iba de ninjas sí, de hecho los primeros niveles esta ambientados en Japón, muy bien ambientados diría yo, ya que tanto la música como los fondos evocaban el Japón clásico... y el moderno porque recordemos que el juego en realidad estaba ambientado en el siglo veinte. Los enemigos que más abundaban el el juego, como no podía ser de otra forma, eran ninjas, ninjas de todos los colores, incluso ninjas voladores. Ninjas que aparecían desde detrás de puertas ocultas, ninjas que nos atacaban desde las copas de los árboles... ninjas, ninjas everywhere, hasta perros ninjas nos atacarían con sus afilados dientes, aunque afortunadamente no solo de ninjas vive el hombre. A lo largo de nuestro recorrido nos enfrentaríamos a diferente tipos de enemigos dependiendo del nivel, soldados, gamberros chinos, chinitas con traje tradicional, gamberros... y los distintos enemigos finales, el más original era una especie de superordenador al que solo podíamos hacer daño cuando dejaba a la vista su... ¿CPU?, ¿sistema de refrigeración?... lo que fuese.




Chinito tú chinito yo... y no recuerdo como sigue la canción.



    El juego era largo y su desarrollo variado a pesar de lo que pudiera parecer. Los niveles no eran lineales, como ya he dicho en ocasiones debíamos trepar hasta la cima de un edificio, aunque sería más correcto decir «subir saltando», en otras avanzar por un complejo repleto de ascensores o por puertas que creaban un entorno laberíntico, en otras ocasiones nos enfrentábamos a zonas en las que debíamos calcular nuestros saltos al milímetro ya que las caídas al vacío nos arrebatarían una vida, en otros lugares debíamos avanzar utilizando los balcones de los edificios e ir subiendo y bajando por ellos hasta llegar a una discoteca.
    Sí, su desarrollo era bastante variado teniendo en cuenta la temática del juego, ahora vayamos al apartado técnico.



Aquí no se aprecia pero podemos caminar agachados, muy útil para recoger setas y esquivar las caquitas que los perros ninja van dejando por doquier.


 
    Los gráficos me parecieron geniales, y aunque con el tiempo pude ver juegos con mejores gráficos aún me parecen geniales y se me salta una lagrimita, y aunque las animaciones eran bastante limitadas la variedad de enemigos y la cantidad de ellos en pantalla hacía que no nos importara demasiado. Los personajes no eran demasiado grandes, pero el juego no lo requería y además así teníamos una buena porción de escenario a nuestra vista lo que nos dejaba pensar cual será nuestro siguiente paso.
    La música era espectacular y tan variada como los distintos escenarios, desde una música japonaca hasta temas más modernos y que nos metía en la atmósfera de los diferentes finales.
    El control de nuestro personaje era simplemente perfecto, podía caminar agachado, podía dar saltos dobles y lanzar sus shurikens en cualquier momento, incluido durante un salto doble donde se lanzarían ocho shurikens cubriendo toda la parte hacia donde mirase el personaje.
    La dificultad estaba bastante ajustada e iba aumentando a medida que avanzábamos por el juego, los enemigos y las caídas no eran nuestros únicos enemigos. Durante nuestro avance encontraríamos diferentes obstáculos, incluidas trampas de bambú y bombas salidas de las cajas, sí, esas cajas de las que podíamos conseguir nuestros shurikens, aunque afortunadamente el contenido de las cajas era siempre el mismo por lo que podíamos memorizar lo que había en cada caja para abrir solo las que nos convenían.
    Decir también que a lo largo de todos los escenarios había ítems escondidos (cajas invisibles si preferís), normalmente en lugares de complicado acceso y con premios jugosos.
      Y que tal el ending?, pues debo decir que este fue el primer juego que jugué que poseía dos finales diferentes.



Típica cagadilla... utilizar una magia nada más empezar el primer nivel por equivocarte de botón.


 
    ¿Y como es eso?, en la batalla contra nuestro enemigo final se nos mostraba a nuestra «novia» en una habitación tras unos barrotes, y a medida que el combate avanzaba ¡el techo iba descendiendo!, haciendo que si no nos diésemos prisa nuestra novia muriese, dejándonos un triste final con nuestro ninja observando el cielo nocturno con una lastimera música de fondo. La primera vez que me hice el juego supuso un shock para mí, ¡¿tanto esfuerzo para eso?!. TRoS fue el juego del pack que más tardé en hacerme, me supuso bastante esfuerzo y dedicación y cuando al final lo acabo... ¿la chica muere?.
    En realidad la solución a todo me vino durmiendo xd, cosa que no volvió a suceder hasta Tomb Raider The Last Revelation xd.



De esas cajas puede salir cualquier cosa, incluida una foto de Carmen de Mairena en bikini, que horror.



    En una de las paredes había una especie de interrumpir del que no había sido consciente mientras jugaba pero que de alguna manera quedó grabado en mi subconsciente xd. Solo debía disparar a ese interruptor para detener temporalmente el descenso del techo de la habitación... me quedé de piedra al ver que había acertado, no es que fuera un alarde de inteligencia, pero sí me supuso cierta satisfacción acabar con el malo y ver a mi ninja favorito con su chica viva, ahora la venganza estaba completa xd.
 Intento esforzarme en buscar algo malo a este juego pero lo único que se me ocurre se debe a su antigüedad, podría haber tenido mejores gráficos y animaciones más fluidas, pero todo eso daba igual, la diversión que nos proporcionaba el juego estaba por encima de todo eso, este juego era como el verdadero amor, lo importante era el interior.

    Juegos de Shinobi (al igual que sucede con los Ninja Gaiden) los hay a patadas, ni siquiera sabría decir cuantos juegos hay, tanto en consolas como en máquinas arcade, por lo que ni siquiera me atrevería a hacer una lista. Solo comentar que para la Mega Drive salió Shinobi 3, que aunque supuso un paso enorme en cuanto a gráficos y desarrollo, incluso había niveles en los que íbamos a caballo, no llegó a calar tanto como el juego del que estamos hablando, juego que se convirtió en clásico entre los clásicos, superando, a mi manera de ver, al Shinobi original, e incluso teniendo un desarrollo más divertido que el Shadow Dancer.
    Ya para terminar, si os gustan los juegos de ninjas este tenéis que probarlo, sobre todo si os gustan los juegos «retro», este es de esos juegos por los que la edad no parece pasar. Jugad jolines, que de esto no se muere uno.



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