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Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

miércoles, 17 de junio de 2015

Thunder Force IV




    Solo de recordar este juego se me saltan las lagrimas, y no por una razón, sino por varias. Primero que nada por los recuerdos del año en el que lo compré, 1995. Claro, para la mayoría de vosotros quizá no signifique nada pero aquel año fue el de mi servicio militar obligatorio, la mili vamos, y por lo tanto fue un año de grandes y diversas emociones... la segunda razón es lo mucho que me costó completarlo, y la tercera... bueno, la tercera es el propio juego en si, ya que su calidad y jugabilidad fue de lo mejor que vi en la negra de Sega,  pero vayamos por partes. Thunder Force IV fue la cuarta entrega de una saga de "matamarcianos" producida por Technosoft, una saga no exclusiva de Sega ya que los primeros juegos salieron para un ordenador japonés, el denominado Sharp X68000, y no solo eso, también hubo alguna que otra versión para recreativa, pero ocupémonos de esta cuarta entrega, que es a la que mas jugué.
    TFIV era el típico juego de naves de scroll horizontal que combinaba la aparición de enormes cantidades de enemigos con escenarios ligeramente laberínticos.
 Una anécdota que he de contar, porque si no me da un patatús fue respecto a algo que me dijo un amigo al enseñarle el juego recién comprado. El amigo en cuestión me dijo que había malgastado mi dinero ya que la dificultad del juego era tal que resultaba imposible de pasar... si que tenia su dificultad, pero he de decir que llegué a terminarlo sin recibir un solo impacto, o sea sin morir ni una sola vez... pero dejemos de alardear.
    Compré el juego en una tienda especializada, siempre me gustó el género, y las fotos que traía la caja me parecieron espectaculares así que no pude resistir la tentación.
    Lo primero que me dejó pasmado fue la presentación que inundaba nuestros oídos con un impresionante tema tocado con guitarra eléctrica. Pero aquello no había hecho mas que empezar. Al empezar nuestra aventura se nos daba la opción de elegir el nivel en el que empezar, algo que se hizo relativamente popular en aquella época, en cierta manera el orden daba igual ya que la dificultad de los niveles era bastante  parecida, aunque me acostumbré a empezar siempre en el mismo nivel ya que te daba un escudo casi al empezar, un escudo capaz de aguantar varios impactos y con el que llegué a terminar el juego intacto. 
    El juego poseía varios tipos de armas que ponía a nuestra disposición con una capacidad de destrucción nada desdeñable y que además daba variedad al desarrollo del juego, un potente disparo delantero, láseres traseros, proyectiles buscadores... todo un arsenal indispensable a la hora de avanzar el el juego.




Bolitas de fuego por doquier...



    Al contrario de lo que sucede en la mayoría de los juegos de este tipo, coger un arma no significaba sustituir la que ya tenías, al contrario, la añadías a tu arsenal para utilizarla según te conviniese, la única manera de perder un arma era que te matasen mientras la estuvieras utilizando. A parte de las distintas armas había algún que otro objeto más que recoger, un pareja de satélites que giraban alrededor de tu nave aumentando un poco más la potencia, y sobre todo el alcance, de tus diversas armas, el escudo del que ya he hablado, y las inevitables vidas extra.
    Ya he comentado que los niveles tendían a ser algo laberínticos, sobre todo a medida que íbamos avanzando, eso redundaba en una mayor probabilidad de muerte, ya que una mala maniobra podía dar con nuestra nave estampada en la roca de una cueva o en el hielo submarino. Ni que decir hay que mientras intentamos pilotar nuestra nave con precisión los enemigos no cesarán de atacarnos.




El espacio, infinito y lleno de enemigos



    Enemigos, si hay algo que abunde en este juego son enemigos, navecitas de todos los aspectos y colores, y en ocasiones con cierto aspecto orgánico ¡qué demonios!, uno de los jefes era una maldita polilla gigante... ¡uy lo que acabo de decir!, ¡jefes!.
    Este juego era conocido por su dificultad, y dicha fama no era inmerecida, era muy habitual verse rodeado de decenas de proyectiles de todos los tipos, por que sí, había proyectiles para todos los gustos, misiles, rayos láser, esferas de terrible belleza... y seguro que me dejo alguna por ahí. Los enemigos no solían hacer demasiadas concesiones al jugador, pero en realidad, los realmente peligrosos, eran los jefes de final de fase, seres terribles y con ansias de matar a los que no parecía importarles cuanto dinero te hubieras gastado en aquel pequeño cartucho de color negro.
    Lo normal es que hubiera dos enemigos especiales por nivel, uno a eso de la mitad, cosa bastante habitual en la época, y el auténtico jefe del final, más duro y más fuerte que el anterior. Su dureza no era en realidad muy grande, si llegabas a él con tu arsenal a tope, conocías su rutina, tenías el escudo intacto, y tenías reflejos dignos de Spiderman, podías acabar con ellos bastante rápidamente... bueno, quizás me he dejado llevar un poco por la emoción, pero realmente solo había uno o dos que realmente podían ponerte en apuros de verdad, eso suponiendo que ya conozcas el juego al dedillo, como llegó a pasarme a mí,




Parece un día de playa en la Puntilla, el que sea del Puerto de Santa María me entenderá




    Es sabido que en este tipo de juegos era muy complicado innovar, pero se notaba que los diseñadores de TFIV le echaron ganas, el sistema de armas, aunque no fuera algo novedoso ni revolucionario era bueno, más que bueno, era perfecto, si te encontrabas acorralado y a punto de perder una vida, si tenía suficientes reflejos podías cambiar al arma que menos usaras para no perder tu favorita, poder elegir el orden de los cuatro primeros niveles también era un detalle muy bueno. No solo eso, los entornos en los que el jugador debía sumergirse eran enormemente variados, no solo debíamos viajar al espacio, sino que deberíamos pilotar nuestra nave a través de una tormenta de arena, o en un océano helado esquivando icebergs, o cuevas tecnológicas, había de todo, y con los enemigos sucedía lo mismo, las únicas naves que se repetían eran esas que debías destruir para conseguir las armas, por lo demás, los enemigos eran exclusivos en sus respectivos niveles, y no quiero hablar de los jefes finales, algunos me gustaban más que otros pero si algo compartían todos era su tamaño. quizás la polilla gigante no era demasiado grande en realidad, y su dificultad.



Pues eso, elige el orden de los cuatro primeros niveles



    Pero no solo de dificultad y gráficos vive el hombre, todos los efectos sonoros, tanto los disparos, las explosiones, e incluso la voz digitalizada que sonaba cuando recogíamos un arma eran excelentes, de lo mejor que pude escuchar en mi consola, y la música... solo por la música ya valía la pena probar el juego. Vale, no estaba compuesta por Nobuo Uematsu, pero era una música muy buena que te metía en situación en todo momento ajustándose perfectamente a la acción.
    Otra cosa que no he dicho, y que casi ha estado a punto de olvidárseme, es que podías ajustar la velocidad de la nave en cualquier momento con solo pulsar uno de los botones del mando, ¿y para qué querríamos hacer eso?, diréis algunos, pues por algo de lo que ya he hablado, los niveles laberínticos. Es cierto que tener la nave siempre al 100% de velocidad te hace llegar más rápido a todos lados, pero había momentos del juego, muchos, en los que se necesitaba más precisión que rapidez, algunos niveles requerían de gran concentración ya que el más ligero error podía acarrear la pérdida de una vida, y tener la velocidad al tope no era la mejor opción, y claro, luego estaban los combates con los jefes, en los que estos te disparaban sin piedad y casi no te daban tiempo a esquivar, entonces sí que venía muy bien tener la velocidad al máximo.




Esa cosa es un miniboss, o como lo queráis llamar, estaba tan falto de entrenamiento que el muy mierdas me ha quitado una vida



    Estaba hablando de los niveles, su variedad y demás, lo mejor de todo es que la localización de los niveles no era mera estética, la tormenta de arena podía hacer que tu nave se estrellara, pilotar la nave bajo el agua hacía que esta fuera más despacio, y tenía su punto, ya que el nivel subacuático tenía zonas en las que podías salir a la superficie, por lo que debías estar atento al cambio de velocidad para no estrellarte... en este juego todo parecía diseñado para matarte.
    Lo que voy a decir ahora puede parecer una exageración, pero este fue uno de los juegos que hizo que no me arrepintiera de haberme comprado una Megadrive en lugar de la Snes, que era la consola que realmente quería. Cierto que en la consola de Nintendo también había juegos de este género, pero no eran Thunder Force IV.



Eso sí es un boss, las bolas hacen de escudo mientras giran a su alrededor, la estrategia es clara


    Ya para despedirme, decir que hace un par de días vi un video, para documentarme un poco ya que hacía casi veinte años que no jugaba a este juego, y el chico, que dijo jugar en fácil, sorpresivamente (al menos para mí) murió varias veces y en diversos lugares, uno de esos lugares fue en el combate con la polilla gigante, que es precisamente uno de los sitios así un poco más complicados porque tiene una rutina, sencilla, pero difícil de esquivar si no eres lo suficientemente rápido. Había un momento en el que, otra polilla acudía al rescate del jefe, y entonces la rutina era esta, el bicho volaba hacia arriba, lanzaba algo y luego caía rápidamente lanzando cosas que te mataban, mientras tanto se le caían unos mocos o yo que sé qué eran, que al caer en el suelo soltaban una especie de vapor que te mataban, pues lo mataron varias veces por descender con el bicho para dispararle, me daban ganas de gritarle y todo a la pantalla, ¡que así no es, tonto!... debías prever cuando iba a caer para subir y esquivar sus disparo, no descender, porque eso era morir o morir, sí, que solo tenías una décima de segundo para reaccionar, pero tíos... estáis hablando con alguien que se lo hizo no sin perder una vida no, sino sin recibir un solo impacto en todo el juego, y no en fácil precisamente.
    Bueno, me dejo ya de vaciles XD, que he jugado una partida y me han matado tres veces antes de llegar al jefe del primer nivel, se ve que la edad no perdona. Pues eso, si os gusta el género no debéis dejar de probarlo.



2 comentarios:

  1. Buenas tardes
    Soy el único en comentar, como no recordar ese juego, me mataba jugándolo era muy difícil, pero los gráficos la jugabilidad y la musica me alentaba a seguir, en verdad me hiciste recordar 20 años atrás.
    Gracias

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    1. Gracias por comentar. Tu comentario ha tardado varios dias en ser "aceptado" porque tengo el blog bastante abandonado, he escrito sobre tantos juegos que ya no sé sobre cual escribir XD, y mira que he jugado a muchos, pero la lista empieza a acabarse. Respecto al juego, era la caña, bastante difícil, es verdad, pero este género era de mis "especialidades" en aquella época, por lo que acabé terminándolo sin perder una vida... lo probé hace unos meses en emulador y me mataron en el primer nivel :O, mi vista ya no es lo que era :'(, bueno, me alegro de que te guste mi blog lo suficiente como para comentar, un saludo.

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