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Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Game Over






    Puede resultar sorprendente que, a pesar de hablar bastante de mi añorado Spectrum, no haya hablado todavía de ninguno de los muchos juegos que pude disfrutar en él. No es del todo cierto, muchos juegos de los que he hablado están aquí precisamente por haberlos jugado en aquel humilde ordenador, por ejemplo Klax, Combat School y Commando, que aunque todos venían de los salones recreativos, yo jugué con ellos sentado cómodamente en mi habitación, solo que, por comodidad y un poco de pereza, no me apetecía buscar un emulador solo para poner un par de capturas, aprovechaba que tenía el MAME desde hace tiempo y así mostraba las versiones originales, de mayor calidad que sus conversiones a Spectrum, como era de esperar.
    En el ansia de hablar de aquellos juegos que solo salieron para Spectrum, o los que no eran ninguna conversión de un arcade, he estado buscando en la red y he encontrado una página muy interesante en la que puedes jugar online a aquellos juegos de mi juventud sin tener que descargar nada, la página es esta   http://www.juegaenlaweb.es/spectrum/ en ella puedes buscar los juegos según el orden alfabético o utilizar la barra de búsqueda para encontrar cualquier juego en cuestión. Pero dejémonos de chorradas y hablemos de lo que importa.

    Nota del futuro: La página mencionada arriba sigue existiendo, pero puede ser que ya no tenga juegos de Spectrum en su catálogo. Sigamos




Este en realidad es el juego de la cara "B", bastante colorido para el Spectrum.



    Yo entré bastante tarde en el mundo del Spectrum, constante que se iría repitiendo con el resto de mis consolas. Recuerdo que tenía el juego de Italia 90, así que por ahí debía ir la cosa. No me importó en absoluto. Aquella tardanza sirvió para que el Spectrum tuviera ya un catálogo de juegos envidiable, algunos de ellos de gran calidad teniendo en cuenta las limitaciones de la máquina.
    El primer recuerdo que tengo del Spectrum, en realidad es un recuerdo de mi hermano pequeño corriendo hacia mí y gritando que mis padres me habían comprado "una máquina de escribir". Aunque ese era otro de mis oscuros deseos yo sabía que en realidad se trataba del ordenador, ya que llevaba algunos meses pidiéndolo.
    Como a muchos niños y adolescentes de la época, el humilde Spectrum llegó a mi vida el día de Navidad. Mi madre cogió la buena costumbre de darnos los regalos en Navidad y no en Reyes para tener más tiempo para disfrutarlos antes de terminar las vacaciones.





Si tienes menos de treinta años te costará descifrar lo que pasa en esta pantalla.



    Lo primero que me sorprendió de mi "modernísimo" ordenador fue lo sencillo de su instalación. Para el que no lo sepa, el Spectrum se conectaba directamente a una televisión mediante un cable de antena normal y corriente, el otro cable que poseía era el de alimentación, más sencillo que un portátil de hoy en día. El Spectrum que yo tuve era relativamente moderno, era el ZX+2 por lo que tenía el lector de cintas de casete incorporado, todo un logro de la tecnología...
    El pack que me regalaron venía con varios juegos de la mítica Dinamic, algunos de los mejores juegos que la compañía española había lanzado al mercado hasta aquellas fechas. Game Over era uno de ellos, la sugerente ilustración de la portada y su entorno futurista repleto de terminators o eso creo recordar, hizo que fuese el primero en ser introducido en el lector de mi nuevo ordenador, pulsé el "play" y...



Canguros asesinos del espacio exterior... más o menos.



    Las consolas de cartucho nos educaron muy mal, eso de poder jugar un par de segundos tras introducir el juego en nuestra consola no estaba bien, con la "Play" la cosa mejoró, ya que si querías jugar a un juego de enormes proporciones debías esperar algunos molestos segundos mientras el juego cargaba, "now loading, please wait"... que recuerdos me traía aquella frase, pero seguía sin ser suficiente ya que, lo realmente divertido era esperar no menos de diez minutos a que cargara un juego de menos de 100 ks y que podías completar pues... en diez minutos o incluso menos. Aunque también estaban los juegos multicarga y eeeeh, me estoy desviando del tema.



Azul, mi color favorito.



    Tras unos minutos que parecieron interminables Game Over estaba por fin cargado en mi ordenador, flipé al ver que podías configurar las teclas "opqa"... que ingenuo fui, si hubiera conocido en aquella época la sublime combinación de "awsd" otro gallo cantaría, pero bueno, en aquella época valía.
    En aquella primera ocasión el juego me pareció decepcionante, no poseía música, los gráficos eran muy pobres y... bueno, las capturas lo dicen todo, o casi.
    Tras varias partidas en las que no hice más que morir como un idiota me di cuenta de una cosa, no podía parar de jugar.




Aquí empezó todo.



    GO no era ninguna maravilla de la técnica, su argumento tampoco era nada del otro mundo, y su desarrollo era de lo más sencillo, el juego consistía en ir avanzando de pantalla en pantalla, sin scroll, matando o esquivando a nuestros enemigos, en ocasiones había alguna que otra plataforma, no demasiadas, y un par de jefes verdes bastante fáciles de matar, vamos que no era ningún derroche de imaginación ni siquiera en aquellos tiempos.
    A pesar de ser un juego bastante primitivo para lo que hoy se puede hacer, GO tenía puntos bastante interesantes. Nuestro personaje podía disparar su pistola láser, lanzar granadas, saltar... disparar saltando y agachado, subir escaleras... sí bueno, no parece demasiado sorprendente pero he visto juegos con menos movimientos.
    Además de todo eso GO poseía los inevitables ítems propios de un buen juego, dichos ítems aparecían al disparar a unos bidones rojos y podían ser un corazón que reponía nuestra vida, un arma más potente, el típico escudo, más granadas o una bomba que nos mataba si no la saltábamos.




Al morir te convertías en estrellitas brillantes, en serio.



    Nuestro personaje tenia una barra de vida y esta se iba vaciando al recibir algún impacto enemigo o al chocar contra alguno de los muchos robots que aparecían en pantalla, menos mal que ellos morían al tocarnos.
    No lo voy a negar, GO era corto de narices, con un poco de habilidad podías alcanzar la última pantalla donde se te daba una clave... ¿una clave?, sí, una clave.
    GO fue el primer juego de Dinamic con clave que pude jugar, pero no el último. En un momento dado Dinamic decidió, por alguna razón, mejorar la experiencia del jugador con sus juegos y, jugando con las limitaciones del Spectrum y las posibilidades que ofrecían las dos caras de una cinta de casete, comenzó a lanzar juegos dobles. Dos juegos, bastante diferenciados aunque unidos por el argumento del juego en una sola cinta, uno en cada cara, así se le sacaba mayor aprovecho a aquel humilde soporte de datos.
    Normalmente, para poder jugar al juego de la segunda cara debías introducir una contraseña y claro, para obtenerla debías completar el primer juego.



Más estrellas, para que veáis que no miento.



    En el caso de GO las diferencias entre los dos juegos no fueron tan radicales como en otras ocasiones, manejabas el mismo personaje y utilizaba el mismo arma, aunque ahora en lugar de granadas lanzaba yoqueséelqué en forma de media luna, ahora el juego discurría en algún tipo de complejo repleto de ascensores y llenos de enemigos, enemigos diferentes y más variados que en el primer juego... he de confesar que no supe completarlo.
    Para ir terminando. GO no fue mi primer videojuego, pero sí el primero en una plataforma doméstica. Los días de lluvia aburridos se habían acabado, rebuscar monedas en los bolsillos... bueno eso no cambió mucho, pero sí que fue el inicio de una afición que no ha hecho más que crecer con el tiempo.
    Os diría que lo probaseis, pero quizá os pille demasiado lejos.




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