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Este blog es un blog sobre videojuegos, pero no un blog que intente ir de "pro" ni en el que quiera ir de "listillo" sino simplemente un blog en el que hablo sobre los juegos que, por una u otra razón, hayan quedado en mi recuerdo, aquellos que definieron mis gustos en este hobby y aquellos que pudieron haberme marcado. Aquí no hay guías, puntuaciones ni trucos, solo puro amor por los videojuegos y algún que otro recuerdo medio enterrado en la memoria, tampoco hay roms ni enlaces de descarga, para eso ya hay otras página.

miércoles, 11 de enero de 2012

Snow Bros








    Si a un gamer de cierta edad se le pide que nombre los cinco juegos de arcade que más recuerde haber jugado en su juventud, la gran mayoría incluiría este gran clásico en su lista, no en vano era de esos juegos que siempre estaban ocupados y para los que había que hacer cola, jugados tanto por chicos como por chicas al carecer de la violencia que tanto parecía repeler a esas primeras gamers femeninas.
    El juego podría recordar a Bubble Bobble ya que tiene un sistema de juego similar, dos jugadores encerrados en una pantalla llena de enemigos y con diferentes plataformas, algo similar a lo que Tumble Pop haría más tarde... como podéis ver en el mundo de las máquinas arcade las buenas ideas eran copiadas y adaptadas casi a diario, lo que en ocasiones derivaba en juegos geniales, a veces incluso superior al juego en el que se inspiraba originalmente.




Lanza nieve a tus enemigos como si te debieran dinero.



    Snow Bros tendría su argumento, seguramente el secuestro de alguna inocente e indefensa fémina, pero como solía suceder en estos juegos... no nos importaba demasiado.
    Las diferentes fases se dividían en diez niveles individuales y que debíamos superar eliminando a todos los enemigos en pantalla, lo original venía precisamente en la manera de eliminar a nuestros enemigos. Debíamos lanzarles bolas de nieve hasta transformarlos en bolas y hacerlos rodar, a ser posible arrollando a más enemigos ya que así también eran derrotados, de hecho si se conseguía eliminar a todos los enemigos con una sola bola, del cielo caían unos billetes que nos daban puntos extra, aunque desaparecían tan rápidamente que pocas veces los podías coger todos.
    Uh, a veces tenías la sensación de tener a alguien detrás tuyo metiéndote prisa... y a veces era verdad, pero hablo del propio juego. Para eliminar a todos los enemigos de la pantalla el juego nos daba una cantidad de tiempo ciertamente ridículo y acabado este aparecía una malvada calabaza que nos perseguía hasta matarnos, la calabaza era inmortal, aunque a bolazos se le podía dejar inconsciente unos pocos segundos, y si seguimos sin matar a los bichos que queden entonces la calabaza nos lanzará furiosos, e invencibles fantasmas.



La calabaza asesina...



... Y sus fantasmitas



    Como todo buen juego de este tipo, había algunos power ups que no ayudaban a progresar en el juego y venían en forma de pociones de colores. La de color rojo aumentaba la velocidad de nuestro personaje, la azul aumentaba el tamaño de las bolas que lanzábamos y así tardar menos en cubrir a los enemigos, la verde aumentaba el alcance de nuestros lanzamientos, es reseñable el hecho de que el efecto de las pociones eran acumulables y que solo desaparecían al perder una vida. También había una poción amarilla, esta hinchaba al personaje como un globo, haciéndolo invulnerable y pudiendo derrotar a los enemigos solo con tocarlos, además podía flotar por toda la pantalla por lo que con esa poción se terminaba una pantalla en pocos segundos.



El primer jefe, más fácil que quitarle un caramelo a un niño, lo sé, lo he intentado.



    A parte de las pociones había otros ítems de distintos efectos, una cara, que hacía caer varios enemigos nuevos con letras e su interior y que al derrotarlos podíamos ir formando la palabra «Snow».. .no recuerdo que pasaba al conseguirlo, aunque supongo que se nos daría una vida extra xd, cuando lo consiga actualizaré esto. El resto de ítems tenían forma de diferentes tipos de comida japonesa, sushi y cosas así y que servían para aumentar nuestros puntos.
    Cada fase se componía de diez niveles tras los cuales debíamos enfrentarnos a un enemigo especialmente fuerte, una cosa curiosa de estos jefes era que, cuando los derrotabas podías seguir lanzándoles bolas para así ganar más puntos. Y también era normal que lanzaran algún tipo de bicho pequeño contra nosotros, y que en realidad nos servían como proyectiles, ya que el alcance de las bolas de nieve no nos dejaba mucho margen de seguridad.

    Ya dije que la forma de derrotar a los enemigos era transformándolos en bolas y hacerlos rodar, pero no he dicho que esas bolas nos podían servir para llegar a lugares altos e incluso para huir si era necesario, ya que si la bola nos pillaba nos arrastraba con ella, pero lejos de matarnos nos concedía unos segundos de inmunidad, por lo que si nos veíamos rodeados de enemigos y teníamos un par de bolas juntas podíamos utilizarlas para salir por patas y de paso, acabar con todo el que estuviera a tiro. Recuerdo que también podías andar sobre ellas, pero a eso nunca le vi utilidad.
    Enemigos los había de todo tipo y colores, la mayoría se limitaba a correr de aquí para allá sin aparente sentido, algunos escupían fuego, ya fuese de lado a lado o, más peligroso aún, de arriba a abajo. Esto último era más peligroso porque escupían el fuego justo cuando tu personaje pasaba por debajo de ellos, y si la distancia que te separaba del enemigo en cuestión no era mucha perdías una vida tontamente.
    Otros enemigos se las daban de helicópteros, se ponían a girar sobre si mismos y volaban hacia ti, lo malo es que en ese estado tus bolas no les afectaban por lo que debías huir, y ahora que hablamos de huir... hablemos de dificultad.




Este jefe volaba y lanzaba huevos que eclosionaban...pero lo peor es que eran dos.



    En principio era fácil, claro, los primeros enemigos eran tontos por definición y no ofrecían ningún desafío, pero poco a poco la cantidad, y variedad, de enemigos en pantalla dificultaba la cosa has límites exasperantes. Pasabas un nivel, y de repente te encontrabas con cinco monos locos que corren por todos lados, tres tipos azules de esos que giran como helicópteros volando hacia ti y otros cuatro bichos verdes escupiendo fuego desde arriba, y tú, por supuesto, empiezas en un área minúscula de la cual solo puedes salir subiendo hacia la plataforma que tienes encima tuya y en la que uno de los gorilas parece querer acampar... todo un sueño.     Los jefes en cambio son bastante sencillos, de hecho casi diría que son de los más fáciles que he visto. Los dos primeros casi ni se mueven, el primero se limita a saltar en su lado de la pantalla mientras escupe bichitos para que se los lances y que son perfectamente esquivables, el segundo se limita a subir y bajar en el centro de la pantalla, aunque con este tienes menos espacio para maniobrar tampoco es nada del otro mundo.
    Si hablamos de los gráficos quizá debería decir que era el apartado más flojo del juego, los protagonistas en realidad eran feotes y los enemigos en ocasiones ni siquiera tenían una forma definida, los colores eran  bastante oscuros para un juego de ese tipo, si miramos Bubble Booble o el mítico Rainbow Islands la diferencia es más que notoria. La música en cambio es bastante acertada, divertida y alegre sin demasiadas complicaciones.



Aunque aquí esté muriendo este jefe es facilón... me distraje al hacer la captura.



    Como muchos de los grandes arcade de la época, el juego gana muchos puntos al jugar de dos con un amigo, ya que así la dificultad disminuía al ser dos los que se enfrentaban a las hordas de enemigos, pudiendo con sus bolas ayudar, o perjudicar a su compañero, recordemos que las bolas al rodar podían arrastrar a los personajes protagonistas si no se apartaban, por eso, si no se estaba atento, nuestro «amigo», podía lanzarnos una bola para coger él los ítems que los enemigos dejaban caer al ser eliminados.
    Como arcade clásico que es, Snow Bros tuvo varias versiones domesticas, incluidas versiones en Mega Drive, Game Boy, y el ordenador Amiga. Algunas de estas versiones aportaban niveles nuevos e incluso escenas de introducción nuevas aportando más variedad y diversión a un juego ya divertido de por si.
    El juego tuvo una segunda parte, esta vez con nuevos (y terroríficos) personajes entre los que elegir, pero par mi gusto no llegó a la altura del primero, ya la pantalla de selección de personaje me parce horrible, supongo que pretendían darle un aire gracioso a los personajes, pero las caras pintarraqueadas de los críos me parecían totalmente terribles, joder me daban repelús.
    En definitiva, es un juego de esos que debes jugar al menos una vez en la vida, aunque solo sea para poder decir que lo conoces, es uno de esos juegos que diferencia a un autentico «pro» de un «noob de las nuevas generaciones».




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